El pueblo de Iruya fue fundado oficialmente en el año 1753, aunque las actas de nacimiento encontrados en la parroquia de Humahuaca indican que la presencia de habitantes se remonta un siglo antes de su fundación. Estos habitantes son descendientes de los Ocloyas.
Existen varias ruinas a los alrededores que prueban la existencia de una etnia homogénea antes de la llegada de los españoles. Un ejemplo son la ruinas de Titiconte, ubicado a unos 8 km al este de Iruya.
Los primeros habitantes sobrevivían, y continúan haciéndolo, mediante los cultivos de subsistencia.
Principalmente se dedicaban a la cría de ganado, como ovejas, cabras y en menor medida la llama, y también practicaban la agricultura, cultivando maíz, papas, ocas y otros productos agrícolas.
Incluso hoy en día, sus habitantes siguen subsistiendo mediante la práctica del trueque. Sin embargo, debido a su cercanía con la Quebrada de Humahuaca, el turismo está comenzando a desarrollase.