1892 - 116 AÑOS DE SANTA ROSA – 2008
NUESTRO PUEBLO, NUESTRO ORGULLO,
LA CIUDAD DE TODOS
La memoria colectiva renace cada 22 de abril para recordar el momento fundacional y posterior e incesante desarrollo de nuestra ciudad de Santa Rosa, el que ha sido plasmado en distintos documentos y se ha enriquecido con anécdotas orales de antiguos pobladores, pero aún así, sería bueno pensar ese pasado entre todos para nutrirlo con nuevas vivencias y partiendo de aquellos datos poder hallar otros rastros del principio, tal vez en la piedra o en el hierro que aún se conservan, o en montes de eucaliptos y caldenes que perduran y hoy siguen creciendo dentro de la ciudad. También, ¿Por qué no?, recorriendo el casco de la Estancia “La Malvina”, a la cual se puede llegar caminando porque hoy está “a la vuelta”, y en lo más significativo de esa casa privilegiada por su ubicación geográfica, El Mirador, que permite avistar la ciudad de hoy como hace más de un siglo se descubriría desde allí el incipiente caserío que se gestaba.
Y antes de todo eso, reflejados en la historia que se escribe y que se cuenta, en la piedra que se esculpe o plasmados en pinturas, es posible también “acercarse” a los primeros habitantes de la Pampa Central, los indígenas, como el Cacique ranquel Mariano Rosas, quién hacia 1900 ya habitaba “con permiso” en tierras de aquella primera Estancia.
Y hay otra señal representativa del comienzo de esta historia, la tranquera de entrada a “La Malvina”, que en aquellos años estaba ubicada en la esquina del predio que hoy se conoce como “La Rural”. El alambrado había cortado el paso a las viejas rastrilladas indígenas y se interponía en el camino de los viajeros y animales. A aquella seductora tranquera llegó a principios de 1889 el francés León Safontás y fue invitado por Don Tomás Mason a quedarse y levantar su casa para fundar un pueblo. Este fue el primer vecino ajeno a la Estancia. Durante ese mismo año llegaron nuevos pobladores a la Santa Rosa pre- fundacional, Carlos Monnier y familia, el carpintero Augusto Merelle con su esposa y cuatro hijos, otros franceses como Busquet, Marau, Lachanal, Cerín, Roux y el primer italiano Angel Galleani.
Y hay tantos documentos y anécdotas orales transmitidos a lo largo del tiempo, tantas señales, tantos rastros de un proceso, que como tal, se hallaba en constante movimiento y cambio que resulta casi imposible “atrapar” todo aquello con palabras y fechas precisas.
Pero es bueno recordar, por ejemplo, que en aquella época se viajaba en tren desde Buenos Aires hasta Bragado, y allí se tomaba la diligencia para llegar después de más de una semana a las tierras del futuro pueblo. Otros medios de locomoción de aquel tiempo fueron las galeras y las americanas.
Antes se había efectuado la distribución de las tierras de acuerdo a la Ley de Remate de 1882 y a la Ley de Premios, mediante la cual, la Nación pagó la deuda que tenía con los militares que integraron las fuerzas expedicionarias al desierto. Al Coronel Don Remigio Gil - yerno de Tomás Mason - le correspondieron 20000 hectáreas. De ahí resultó que se resolvió fundar un establecimiento ganadero denominado “La Malvina”, el que se pobló en 1885 con animales vacunos y ovinos. Dos años después ya se trazaba el recorrido de la línea de ferrocarril de la compañía Bahía Blanca y Noroeste.
El Gobernador del Territorio era el General Ayala. . . Después, reemplazado en el gobierno de este territorio por el Gral. Eduardo Pico. Este último, según se lee en las crónicas, fue quién le dio la idea a Tomás Mason de fundar un pueblo.
“. . . Rosa era el nombre de mi finada esposa y fue su recuerdo lo que me indujo a esa denominación. Y el 22 de abril de 1892 en compañía de algunos vecinos de aquel tiempo se dio principio a la venta de lotes. . ., mientras otros lotes fueron donados con la condición de poblarlos. . . . Y el 16 de Septiembre de 1894 fue instalada la primera municipalidad, que supo colocar a Santa Rosa a la edad de muchos pueblos, que tenían larga vida. . .”, comentó el fundador tiempo después durante una entrevista.
Enseguida comenzó la batalla para que la línea de ferrocarril oeste que llegaba hasta Trenque Lauquen trajera sus rieles hasta Santa Rosa de Toay, objetivo que se logra en 1897, el día 8 de Septiembre de ese año se inauguró el primer ferrocarril en La Pampa. Este suceso hizo posible la transformación respecto a la explotación de las tierras ya no sólo dedicadas a la ganadería; la agricultura comenzó a surgir y el trigo pudo empezar a ser exportado a Bahía Blanca.
Santa Rosa de Toay al año de fundada, durante el bello otoño pampeano, tenía una población de alrededor de 800 habitantes y contaba con escuela de niñas y de varones, la primera maestra fue la señorita Enriqueta Schmidt. Ya se realizaban las primeras elecciones para el Consejo Municipal (hoy Concejo Deliberante) y en 1884 nacía la actual Institución Policial, siendo el primer Comisario de Santa Rosa el Sr. Enrique Valerga.
En esa época también se diseñó la plaza que hasta entonces era un potrero en el que pastaban los caballos de la Policía. Después se plantaron los primeros árboles en las aceras de las pocas cuadras del pueblo.
En 1899 llegó el primer médico, el Dr. Oliver, figura importante no sólo en el ámbito profesional, sino también en la vida social y política.
En 1900 cuando era Gobernador el Dr. José Luro, la Capital del Territorio fue trasladada desde General Acha a Santa Rosa. Ese mismo año, con la presencia del Presidente de la Nación, Gral. Julio Argentino Roca, fue inaugurada la Pirámide en Homenaje a la Conquista del Desierto en la Plaza Mitre (hoy San Martín). También se instaló la Comandancia Militar que en 1908 se convirtió en Distrito Militar.
Tiempo después ya había cuatro grandes comercios de Ramos Generales y con el crecimiento del pueblo surgía la necesidad de “pavimentar” las calles, así se afirmaron veinte cuadras con adoquines de caldén.
En 1903 el Dr. Pedro O. Luro comienza a organizar un coto de caza en su campo, adónde aún hoy aparece majestuosa la mansión blanca ante los ojos de los asombrados viajeros que pasan por la ruta 35; muchos años después, en 1965 el Gobierno Provincial llevó a cabo las gestiones para la aprobación de un convenio con el objetivo de que parte de la Estancia “San Huberto” se destinará a la concreción del Parque Luro, que hoy es uno de los atractivos turísticos con que cuenta nuestra ciudad.
Y llegó el año 1904 y el P.E.N. dictó el decreto que convertía a Santa Rosa definitivamente en Capital del Territorio de La Pampa Central.
Y el caudal de sucesos ya no se detuvo, llegó el servicio telefónico, el primer automóvil, se crearon otras escuelas y colegios, el Molino Harinero y el servicio de luz eléctrica que provenía del mismo, los Bancos, el Teatro Español, orgullo de los santarroseños, que acaba de cumplir un siglo de vida. La Asistencia Pública, el Partido Socialista, la biblioteca y el órgano oficial del Partido, “El Germinal”.
Y tantas inquietudes tuvieron aquellos pobladores de las primeras décadas. . . y tantas los que les siguieron. . . Hacia 1921 un grupo de vecinos fundó el Club “El Círculo” para realizar reuniones sociales y culturales, en abril de 1923 se funda el Club All Boys, sólo dos meses después se inaugura el Club Santa Rosa. Y el 12 de agosto de 1928 se fundó el Club Estudiantes, ese mismo año se realizó el trazado y la construcción de los primeros chalets del Barrio Fitte que fueron 10. Ahí mismo, en una manzana donada por Raúl Fitte se construyó una plazoleta para ejercicios físicos; con los años y, en su reemplazo, a pocas cuadras más al sudoeste se construyó el Estadio Municipal Dr. Tomás M. González.
Y es imposible no recordar a la Banda de Mecca, el gran maestro y sus músicos tornaban diferentes los domingos con sus melodías fluyendo de la plaza principal; y es bueno que el viaje por el túnel del tiempo también nos detenga por un momento en la mitad del siglo pasado, ayer nomás, cuando la comunidad santarroseña se movilizó para defender los recursos hídricos, especialmente los fluviales, nuestros ríos: Colorado, Atuel y Chadileuvú. Y el año 1958 cuando llegaba a su primavera y se creaba nada menos que la Universidad Nacional de La Pampa. Años después, con ideales firmes y el convencimiento por la lucha para lograr el objetivo, la comunidad estudiantil con el apoyo de todos logró, en el otoño de 1973, la nacionalización de la misma.
En 1952 llegó la ansiada provincialización, y Santa Rosa es desde entonces Capital de la Provincia de La Pampa. Hoy como ayer y como cada año, en nuestra ciudad ocurren nuevos acontecimientos, hay nuevas luchas y nuevos éxitos para esta Santa Rosa que no cesó de crecer desde su fundación y aún desde antes, desde aquel punto donde se hallaba la tranquera junto a una noria y aguada para los viajeros y animales, en ese sitio de la actual Avda. Spinetto, lugar de cruce de caminos a Toay, Trenque Lauquen, General Acha y Victorica. Y desde “La Malvina” y el Mirador que hoy invitan a soñar con un rescate mayor, imaginando que el paisaje era otro cuando Don Tomás Mason tomó la responsabilidad de administrar la Estancia de su yerno, el Coronel Gil casado con su hija Malvina.
Montes, ojos de agua y jagüeles, médanos y valles. La laguna y las rastrilladas indígenas, los zorros, avestruces y ciervos. Teros, calandrias y bandadas rosadas de flamencos. Grandes sequías y fuertes vientos, el Pampero, arenales y cardos rusos. . . Nada detuvo el progreso.
Y allí al Noroeste de la laguna se emplazó “La Malvina”, porque el agua estaba cerca y el suelo arcilloso permitía fabricar adobones y ladrillos como se sigue haciendo hoy en día, porque había mucha madera, necesaria para hacer leña, postes y varillas, y tal vez sin pensarlo, porque desde allí se vería llegar la oleada migratoria de familias que venían del Este, aquellos que se encontraban con Don Tomás Mason en la tranquera y al ser invitados se quedaron para fundar el pueblo que hoy cumple 116 años.
Y es posible hacer una vuelta a las raíces para rescatar del pasado no sólo lo palpable, lo notorio, sino también lo intangible, aquello que no se puede tocar pero que es posible sentir, ver y escuchar desde la memoria en algunos casos, desde la imaginación en otros, y en todos, desde las interpretaciones de lo vivido o de lo transmitido por cualquier medio a cada santarroseño sin importar la generación en la que se sitúe, sino el sentido de pertenencia que finalmente es el que unifica los lazos de socialización más sanos y fuertes de una comunidad.
Fuente: Munic de Santa Rosa - www.santarosa.gov.ar