Fue fundada tres veces, épica de la resistencia de Viltipico al frente de la Nación Omaguaca. Había reunido a sus hombres en Purmamarca para avanzar sobre la ciudad, pero fue apresado mientras dormía.
Enmarcada entre cerros nevados, la ciudad de San Salvador de Jujuy se erige orgullosa de una historia que la coronó como protagonista de las batallas entre el Ejercito del Norte y las fuerzas realistas. Resistió once invasiones y encabezo la gesta conocida como “Éxodo Jujeño”, retirada que ordenara el Gral. Manuel Belgrano.
Los últimos registros del último cacique Omaguaca lo reportan prisionero en Santiago del Estero, donde se desdibujan sus últimas huellas. Así, ante la valentía de las numerosas comunidades indígenas que la daban vida mucho antes de la llegada de los españoles, el 19 de Abril de 1.593 Francisco de Argañaraz y Murguía fundo finalmente San Salvador de Velasco en el Valle de Jujuy, la actual capital de la provincia.
Dos intentos anteriores cuentan en los registros de fundación “Ciudad de Nieva” y “San Francisco de Alava de la Nueva Provincia del Norte”.
Por sus calles caminaron Guemes, Lavalle, Castelli, entre muchos otros hombres que forjaron la Republica. Recorrerla hoy es descubrir lo que atesora celosamente, invitándonos a conocer los mitos y la epopeya de nuestro origen.
Además su peculiar topografía y aspecto le valieron la metafórica denominación de “Tacita de Plata”.