El verano 2010 invita a disfrutar de un mar reparado con playas anchas y vírgenes con modernos paradores, sobre las costas del golfo Nuevo. Allí espera un original programa de actividades en el agua y en la tierra del territorio chubutense.
No sería exagerado decir que las ballenas, que se dejan ver hasta mediados de diciembre, se van cuando empieza lo bueno: con la llegada del verano, el sol radiante y siempre sin nubes de Puerto Madryn invita a disfrutar de playas que están entre las mejores de la Patagonia.
A orillas del golfo Nuevo, la ciudad de orígenes galeses no sólo es el mejor punto de partida para las excursiones de avistaje de fauna, por un territorio privilegiado, sino que ofrece también todos los servicios de un balneario de moda. El próximo verano, la propuesta es combinar playa con aventura, para disfrutar del mar rodeados de un entorno natural que podría rivalizar con el paraíso.
Puerto Madryn tiene una fuerte relación con la diversidad de fauna, la contemplación y el disfrute. Pero esta característica no debe dejar en segundo plano el verano, con todas las actividades que se pueden hacer en los tres kilómetros de playas, muy anchas, con una caída suave y tan tranquilas que son ideales para las familias y la gente que quiere disfrutar de una costa segura, explica el secretario de Turismo de la ciudad, Gabriel Percaz.
Sobre la franja céntrica de playas del golfo Nuevo frente a la ciudad, entre el Muelle Piedrabuena y Punta Cuevas, ocho centros de servicios concentran la infraestructura para los visitantes: entre ellos Bernardino, Mediterráneo, Yoaquina, Sotavento, Las Dunas, El Molino y, Na Praia.
Aquí todo es movimiento: música, reuniones de jóvenes, paradores para disfrutar de refrescos y comida junto al mar. Como en cualquier playa de la costa atlántica, se imponen las tendencias, los colores del verano, los tragos que harán furor hasta marzo y las modas veraniegas.
Pero no hay que ir muy lejos para que el panorama cambie por completo: hacia el sur, los balnearios empiezan a hacerse más espaciados, hay menos movimiento y mayor privacidad. "Cuando el mar se retira, deja una playa de 300 metros de ancho siempre sobra lugar", asegura Gabriel.
Antes de llegar a la reserva de lobos de Punta Loma, se destaca playa Paraná, de canto rodado, con una caída más abrupta y buscada tanto por los buceadores -hay un barco hundido a 150 metros de la costa- como por los pescadores, que logran en este lugar generosas capturas de meros y pejerreyes de mar.
Algo más lejos, más allá de Punta Loma, la playa de Cerro Avanzado ofrece un terreno ideal para las caminatas interpretativas destinadas a leer las "señales ocultas" en el paisaje. Las distintas etapas geológicas están literalmente escritas en las bardas, la vegetación está adaptada a la aridez reinante, y en las zonas de restinga -donde el mar sube y baja, se genera un ecosistema muy particular. Se puede caminar para descubrir algas, pequeños moluscos y numerosos testimonios de la vida anfibia entre la tierra y el mar. Las bicicletas todo terreno son ideales para recorrer todos los rincones de este paisaje bello, algo elevado y con vistas sobre un mar inmensamente azul.
Para quien quiera experimentar el agua, también salen de aquí travesías de kayak destinadas a los amantes del desafío a las olas: a lo largo de medio día, o de una jornada completa, se hacen paradas en la travesía para desembarcar, reconocer el terreno de mano de naturalistas expertos, y hacer también algún tramo en mountain-bike.
También hacia el norte del casco urbano de Madryn el panorama es más virgen y salvaje: aquí las famosas playas del Doradillo, que en temporada de ballenas concentran los avistajes desde costa, atraen la atención de los visitantes en busca de sol, playa y un mar tranquilo.
De suave caída, el Doradillo también tientan con su sombra, un bien buscado y no tan frecuente en las extensas playas patagónicas.
También aquí, como en las cercanías de Punta Loma (en el otro extremo), se puede practicar mountain-bike. El lugar, tan ancho como fascinante por el color del mar, es ideal para pasar el día totalmente alejado del mundo.
- Excursiones de día completo $180 por persona ($126 los chicos).
- Excursiones de medio día: $80 por persona ($56 los chicos).
- Mountain bike: alquiler desde $35 por medio día.
- Avistaje de toninas overas y ballenas: desde $100 por persona.
- Windsurf y kayak: alquiler desde $20 por persona y por hora.
- Buceo: desde $220 por persona.
- Buceo con lobos: $500 (solo para buzos certificados).
- Snorkel con lobos: $600.
Fuente: La Voz Turismo