Más allá de su silueta esbelta y la asombrosa armonía de sus manchas blancas sobre la lustrosa piel oscura, las orcas encantan. Debe ser por su fama de feroces –en gran parte, gracias a que su nombre en inglés significa “ballena asesina”– o porque saltan, gráciles, en los oceanarios. Pero lo cierto es que, si bien ocupan lo más alto de la pirámide alimenticia del mar (comen toneladas de peces, lobos y hasta elefantes marinos), estos delfines dentados están entre los animales más inteligentes. Y las de Península Valdés son un modelo observado en todo el mundo. A través de 15 años de convivencia ininterrumpida con un grupo específico de orcas, científicos como Roberto “Beto” Bubas han podido determinar que algunas hembras que llegan a estas playas, año tras año, tienen un método de cacería único: después de calcular sus posibilidades, salen de improviso a la playa, atrapan a su presa y se deslizan silenciosamente de vuelta al agua. Y no sólo eso: hay cinco de ellas que, además, entrenan durante meses a sus crías para enseñarles esa técnica.
Fuente: Diario Perfil
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0411/articulo.php?art=17607&ed=0411