La localidad forma parte de la Comarca del Paralelo 42. Frutos rojos, aguas cristalinas descendiendo de la cordillera y un cielo caprichosamente celeste son apenas, la carta de presentación.
La Patagonia argentina siempre depara cosas buenas, en especial a quienes se atreven a pisarla con mapa en mano y la recomendación de los viajeros empedernidos, que no dejan de hacer la mejor publicidad de los rincones preciados de esta región. Entre esos parajes soñados se encuentra Lago Puelo, espejo de agua, Parque Nacional Lago Puelo y villa de montaña, encantadores por donde se mire, un sitio para quedarse y disfrutar.
Desde El Bolsón iniciamos el camino hacia la localidad, las montañas al alcance de la mano, un cielo diáfano y las florcitas violetas y amarillas de la orilla del camino son entidades omnipresentes en el trayecto. Entre zonas escarpadas y boscosas, especialmente alerzales y pitrales, cabañas de madera y pequeños complejitos ofrecen alojamiento -y a muy buenos precios-; mochileros y muchos viajeros en dos ruedas siguen la misma ruta.
Como también es área de plantación de frutas finas -frutillas, frambuesas y cerezas-, algunas casas abren sus puertas para conocer los campos y sus productos, otras ofrecen dulces de los mejores. La media hora -aproximadamente- que separa del punto de partida se puede retrasar según las paradas que hagamos, y en nuestro caso fueron muchas. Desde buscar increíbles fotos, comprar artesanías o dulces, hasta decidir un pic nic en el medio, todo puede pasar.
Pronto al virar en una calle -ahora de tierra- el turquesa furioso del agua se vislumbra a escasos 500 metros, una especie de playa de estacionamiento, una proveeduría y casa de artesanías preceden al lago. Con los ojos puestos en el inconmensurable paisaje lacustre bajo las montañas, caminamos sin pausa hasta la costa pedregosa. Buscamos el mejor sitio para disponer las lonas para el sol, y aunque resultó imposible protegerse del vientito, mates y libros pronto tomaron su lugar.
Inmerso en un Parque Nacional Lago Puelo de más de 23 mil hectáreas, el lago de origen glaciario que desemboca en el Pacífico recortado en plena cordillera entre bosques, ríos y planicies verdes, es uno de los mayores atractivos de la Comarca del Paralelo 42. Junto con El Bolsón, El Hoyo, Epuyén, Cholila y El Maitén integran un circuito al que muchos pasan por alto por desconocerlo. Pasan hacia Bariloche, La Angostura o se quedan en San Martín de los Andes o el Bolsón sin darse tiempo para recorrer esta zona, mucho más virgen de turismo, aunque con todos los servicios para vacaciones confortables.
Los duendes del bosque que suelen representarse en las artesanías locales reproduciendo leyendas populares, entre la cosmovisión europea adquirida y la mitología aborigen, se ven realizados en cerámica y diversas materia primas. Pero donde mejor se observan es el Paseo Pillán Lema, en pleno pueblo, cuyo nombre significa espíritu del bosque en mapuche. Allí las esculturas realizadas por Ernesto Bertedor se esconden entre los árboles y arbustos. Haditas y duendes entre otros seres míticos, alegran a los chicos que los buscan seguros de su existencia.
Uno de los paseos recomendados es embarcarse y realizar una de las travesías lacustres, los paisajes a los que se accede son magníficos.
Los pescadores, provistos de sus carnet, también se deleitan en este paraje por sus ricos cauces - Azul y Puelo y en el Lago Puelo- en alguno de los cuales e practica rafting.
Las cabalgatas son otra opción para interactuar con la naturaleza y aprender mucho sobre la flora y fauna de la zona. Por supuesto en el parque hay zonas de acampe y de pic nic.
Fuente: Los Andes Turismo
http://www.losandes.com.ar/notas/2010/1/10/turismo-466272.asp