Fiambalá es una localidad del departamento de Tinogasta, es la última ciudad que alberga la RN 60 antes de adentrarse camino a la República de Chile.
Se ubica a aproximadamente 1.200 msnm en el comienzo del Altiplano andino. Se encuentra a 322 km de San Fernando del Valle de Catamarca, a 300 km de La Rioja, y a 55 km de Tinogasta. En todos los casos, se accede a través de la Ruta Nacional 60. Esta última ruta lleva al Paso de San Francisco límite con Chile.
La ciudad está rodeada por los ríos Abaucán y La Troya.
Fue fundada en 1702 por Diego Carrizo de Frites .
El nombre Fiambalá proviene de la voz cacán fiambalao, que significa "casa del viento".
Los Seismiles próximos al Paso de San Francisco y las Termas de Fiambalá son sus principales atractivos, recibiendo un gran porcentaje de turismo internacional durante todo el año, con mayor frecuencia en la época estival debido a las bajas temperaturas del invierno.
El corredor Internacional de San Francisco insertado en plena Cordillera de los Andes a una altura de 4.000 msnm. con excelentes visuales y una naturaleza virgen donde la flora y fauna conviven en este medio natural, representa una vía singular de integración e intercambio económico, turístico y cultural con el Pacífico. Las estrechas gargantas rocosas por una multitud de cerros y volcanes que superan los 6.000 m. de altura, convierten a esta zona en la segunda más alta del mundo después del Cordón del Himalaya y una de las más propensas al Andinismo y expediciones 4x4.
Las menos conocidas Termas de Las Grutas, ubicadas a la vera de la RN 60, distintas a las que se asientan sobre la Sierra de Fiambalá, también son una variante del turismo de Salud con una construcción edilicia acorde a las características ecológicas que representa esta zona cordillerana, con nave parabólica que alberga dos piletones de cuatro metros cúbicos con agua termal, solarium de esparcimiento y contemplación.
La ciudad de Fiambalá conserva una modesta fisonomía edilicia caracterizada por sus paredes de adóbe, la Iglesia de San Pedro construida en 1770 y declarada Monumento Histórico Nacional en 1941 pone fin al Corredor Turístico Ruta del Adobe un circuito que atestigua el paso del colonialismo por esta alejada zona del país y que deviene en una herencia cultural que se mantiene hace más de 237 años.