En Paraná y el río, La Lucila.
Fue inaugurada en el año 2000 y tiene una superficie de 3,5 hectáreas.
El objetivo de la reserva es la preservación de la fauna y flora autóctona de la zona.
Se puede visitar diariamente de 9 a 17 horas (con excepción de los días de lluvia).
La Reserva Ecológica de Vicente López fue creada el 25 de marzo de 1983 como Área de Preservación Ecológica (APE) por Ordenanza Municipal Nº 4.765. Debido a diferentes obras llevadas a cabo en la costa a través de un convenio entre la Asociación Escuelas Lincoln y el Municipio fue inaugurada en el año 2000. Su superficie actual comprende aproximadamente 2 hectáreas.
Para una mejor calidad en la visita la reserva posee un centro de visitantes el cual cuenta con un pequeño museo donde se exponen diferentes especies del lugar, senderos con un total de 750 metros de recorrido por todos los ambientes con barandas y 3 puentes de madera, un vivero de plantas autóctonas, un mangrullo/mirador con vistas hacia la laguna y el río, cartelería, folletería y alambrado perimetral.
La entrada a la reserva es libre y gratuita al igual que todas las actividades dentro de la misma.
Limitando con la reserva, y a lo largo de 350 metros sobre el río, se extiende un parque público con juegos para chicos, bancos y mesas. Este parque es muy frecuentado por vecinos y visitantes tanto como lugar de esparcimiento para realizar actividades deportivas, pasear y tomar sol. Ofrece una de las mejores vistas de la ciudad y el río en la zona norte y junto con la reserva se complementan mutuamente en sus atractivos.
Desde el año 2002 hasta la fecha se han registrado 387 especies de plantas vasculares, de las cuales 247 son autóctonas (64 %) (incluyendo 70 especies introducidas a partir del año 2002) y 140 son exóticas (36 %). En cuanto a la fauna se han relevado preliminarmente 11 especies de peces, 7 de anfibios, 11 de reptiles, unas 150 especies de aves y 7 de mamíferos, además de 72 especies de mariposas diurnas que conviven con un gran número de otros insectos e invertebrados.
La Reserva Ecológica de Vicente López representa uno de los pocos ejemplos de restauración ambiental entre las áreas protegidas del país. Así es como constantemente desde hace varios años vienen realizándose tareas de control de especies exóticas invasoras y su paulatino reemplazo por especies autóctonas de la región noreste de Buenos Aires, la mayoría de las cuales provienen del mismo vivero de la reserva. Mediante este manejo de la vegetación se intenta recrear ambientes similares a los ecosistemas originales con sus especies características.
Actualmente en la reserva se encuentran representados varios ambientes. Dos de estos ambientes: el talar y el pastizal naturalmente no existían, ni podrían haber existido, en el espacio físico donde se halla la reserva dado que se ubican sobre tierras altas y no a orillas del río.
Sauzal: Consiste en un bosquecito de sauces criollos (Salix humboldtiana) de unos 12 metros de altura, acompañados de enredaderas como la liana de leche (Metastelama diffusum) llamada así por su látex, y la hierba de San Simón (Vernonia scorpioides) arbusto apoyante de la familia de las compuestas que por si solo puede cubrir la totalidad de la superficie del suelo. Varios ejemplares de sauces presentan sus cortezas ausentes o desprendidas en la parte inferior debido a la acción de los coipos o falsas nutrias (Myocastor coipus) roedor de hábitos acuáticos con largos dientes anaranjados que necesitan ser desgastados mordiendo superficies duras. Recorriendo los troncos de los sauces en busca de larvas, puede observarse alguna de las tres especies de pájaros carpinteros de la región, siendo el carpintero bataraz chico (Picoides mixtus) el más frecuente.
Pantano: Poblado por plantas palustres adaptadas a vivir en lugares inundables, muchas de ellas con rizomas (largos tallos subterráneos que acumulan sustancias de reserva). Durante la primavera el pantano se cubre con las flores amarillas del europeo lirio amarillo (Iris pseudacorus) especie muy invasora que cubre gran parte de este ambiente y los bordes de la laguna. Entre las especies autóctonas se destaca la paja brava (Scirpus giganteus), la totora (Thypha latifolia) y el sarandí blanco (Phyllanthus sellowianus) arbusto típico de orillas del río de La Plata cuyas ramas sobresalen entre los lirios. Aquí los ceibos (Erythrina crista-galli) y sauces (Salix spp.) son profusamente cubiertos por varias especies de plantas trepadoras, sobresaliendo por su abundancia los guakos (Mikania periplocifolia y M. micrantha) y la dama de noche (Ipomoea alba). La mayoría de las culebras son de hábitos acuáticos, por eso frecuentan este ambiente y los bordes de la laguna; aunque son muy difíciles de observar, la especie con mayor cantidad de registros en la reserva es la culebra Liophis miliaris; mientras que los anfibios están representados por la común ranita de zarzal (Hyla pulchella). El pantano es recorrido incansablemente por dos aves caminadoras: el burrito común (Laterallus melanophaius) y la gallineta común (Rallus sanguinolentus), ambas más oídas que observadas. Mientras que las ramas de los sauces más altos sirven de posadero al chimango (Milvago chimango), las palomas picazuró (Columba picazuro) y más raramente al taguató (Buteo magnirostris).
Ambientes en recreación: Son sectores de la reserva ubicados sobre terrenos de relleno donde se han plantado muchos ejemplares de especies características de 2 ambientes desaparecidos o casi desaparecidos de los alrededores de la ciudad: el talar y la selva ribereña o marginal.
Talar: A la altura del partido de Vicente López este ecosistema boscoso se localizaba, principalmente, en la barranca cercana al río. Estaba constituido por árboles espinosos y de madera dura en su mayoría y xerófilos, es decir adaptados a condiciones de aridez, siendo la especie predominante el tala (Celtis tala), por lo cual estos bosques en la provincia de Buenos Aires reciben el nombre de "talares". Dentro de la reserva el talar está representado por el espinillo o arómo (Acacia caven) cuya vistosa y fragante floración se destaca a comienzos de la primavera, el molle (Schinus longifolius), el algarrobo blanco (Prosopis alba) de gran importancia cultural en nuestro país, sobretodo por sus frutos comestibles, el coronillo (Scutia buxifolia) planta nutricia de las orugas de nuestra mariposa nacional, la bandera Argentina (Morpho epistrophus argentinus), y obviamente el tala.
Selva marginal: La selva marginal o ribereña es un ambiente caracterizado por el crecimiento de vegetación selvática sobre las márgenes de ríos y arroyos, cuando las márgenes se encuentran muy cercanas una de la otra, la vegetación forma una cúpula y recibe el nombre de selva en galería. En esta región ocupaba los albardones más altos de las islas del Delta Inferior, algunos sectores restringidos a orillas del río y desembocaduras de cursos de agua en el mismo. Representado por especies de clima tropical-subtropical que descienden por el río Uruguay, y en menor medida el río Paraná, posee una gran biodiversidad que incluye varias especies de lianas, epifitas y 4 estratos de vegetación (herbáceo, arbustivos y 2 estratos arbóreos) otorgándoles en conjunto su aspecto selvático. En la provincia actualmente este ambiente sólo subsiste en las Reservas Provinciales de Punta Lara e isla Martín García. En una recorrida por la reserva pueden observarse los árboles típicos de este ecosistema por ejemplo el mataojo (Pouteria salicifolia), el palo amarillo (Terminalia australis), los canelones (Myrsine laetevirens y M. parvula), el timbó (Enterolobium contortisiliquum), la palmera pindó (Syagrus romanzoffiana), el chal-chal (Allophylus edulis), el tarumá (Citharexylum montevidense), el blanquillo (Sebastiania brasiliensis), el laurel criollo (Ocotea acutifolia) etc. Aquí es más factible registrar aves frugívoras (que se alimentan de frutos) como el celestino (Thraupis sayaca) y el naranjero (Thraupis bonariensis), pero también al terrícola chiricote (Aramides cajanea) que emite fuertes sonidos a los que hace alusión su nombre vulgar y a la tímida paloma yerutí (Leptotila verreauxi).
Pastizal: El pastizal, típico de la pampa Argentina, es el ambiente mas degradado de nuestro país. Está caracterizado por gran diversidad de gramíneas, de entre las que cada tanto sobresalen algunos arbustos. Antiguamente carecía de arboles y era el hábitat de grandes manadas de venado de las pampas, guanacos, ñandúes, vizcachas, pumas, etc.
Si bien en la reserva el pastizal se encuentra invadido por el kikuyo (Pennisetum clandestinum) y la pata de perdiz (Cynodon dactylon), dos pastos exóticos, existen especies de gramíneas autóctonas bien representativas como la cortadera o cola de zorro (Cortaderia selloana) y las flechillas (Stipa neesiana, S. hyalina y Piptochaetium bicolor), y entre los arbustos la chilca (Baccharis spicata) y Grindelia pulchella, ambos de la familia de las compuestas. Este ambiente es frecuentado por pechos colorados (Sturnella superciliaris) y jilgueros dorados (Sicalis flaveola), cabecitas negras (Carduelis magellanica) y el corbatita común (Sporophila caerulescens).
Laguna: el ambiente mas pintoresco de la reserva. De origen artificial, posee una profundidad máxima de 2 metros, aunque esta varía debido a la entrada y salida de agua a través de una comunicación con el río y una compuerta por la cual se regula el ingreso y egreso de agua. Los repollitos de agua (Pistia stratiotes) y los helechitos de agua (Salvinia spp. y Azolla filiculoides) forman parte de la vegetación flotante que cubren la laguna en su totalidad durante la primavera y el verano para secarse con el comienzo del frío otoñal. A veces estas plantas flotantes y el sedimento dificultan la observación de la fauna ictícola típica de lagunas, compuesta por densos cardúmenes de las pequeñas madrecitas (Jenynsia multidentata), las más fáciles de observar, viejas de agua (Hypostomus sp), anguilas criollas (Symbranchus marmoratus), tarariras (Hoplias malabaricus) los máximos predadores, chanchitas (Cichlasoma facetum), siete colores (Gymnogeophagus meridionalis), etc. Es de destacar la presencia de 3 especies de tortugas acuáticas: la tortuga de laguna (Phrynops hilarii), la tortuga cuello de víbora (Hydromedusa tectifera) y la tortuga pintada (Trachemys dorbigni), cuando el tiempo se los permite se asolean sobre troncos fuera del agua. Numerosas aves acuáticas frecuentan este ambiente. Recorriendo el espejo de agua encontramos a la gallareta chica (Fulica leucoptera), la gallareta ligas rojas (Fullica armillata) y la pollona negra (Gallinula chloropus) las 3 especies más comunes y constantes a lo largo del año, aparte del pato barcino (Anas flavirostris), el pato picazo (Netta peposaca), el pato capuchino (Anas versicolor), el macá chico (Podiceps rolland), el biguá (Phalacrocorax brasilianus), etc.; en tanto sobre las plantas flotantes las jacanas (Jacana jacana) buscan su alimento. En las márgenes o posadas sobre las ramas de los abundantes ceibos que bordean la laguna aparecen varias especies de garzas, por ejemplo la garza blanca (Egretta alba), el hocó colorado (Tigrisoma lineatum) y la garza mora (Ardea cocoi), además de alguna de las 3 especies de martín pescador presentes en el área. Con suerte podrá observarse coipos nadando o sobre troncos caídos. Llama la atención del visitante los huevos rosas característicos del caracol manzana (Pomacea canaliculata), colocados en cualquier objeto y planta que asomen por encima del nivel del agua.
Juncal: fuera de los límites de la reserva sobre la costa del río de la Plata se encuentra el último juncal del partido de Vicente López. Es de suma importancia ecológica ya que sirve como barrera de la costa contra las embestidas del río, también es encargado de retener los sedimentos y fijar el sustrato para la formación del suelo además de ser el refugio de varias especies de animales y aves como el junquero (Phleocryptes melanops) y el tachurí sietecolores (Tachuris rubrigastra). Lamentablemente por diferentes ordenamientos territoriales no ha podido ser protegido.
Este ambiente es dominado por el junco (Schoenoplectus californicus), a medida que el nivel del suelo va elevándose aparecen duraznillos de agua (Ludwigia elegans), cuchareros (Echinodorus grandiflorum), saetas (Sagittaria montevidensis) y luego los sarandíes blancos. Las bajantes del río descubren los afloramientos de tosca en cuyos charcos quedan atrapados viejas de agua, bagrecitos y cangrejos.
Otra fauna: existen especies que frecuentan varios ambientes de la reserva. Entre octubre y marzo es común ver al lagarto overo (Tupinambis merianae) recorriendo los caminos. Otro habitante es la comadreja (Didelphys albiventris), de hábitos nocturnos. No debemos olvidar a las aves más comunes: la calandria, el zorzal colorado, el benteveo, la ratona, la tacuarita azul, los picaflores (hay 3 especies), el tordo renegrido y el tordo músico, el chingolo, etc.
La reserva permanece abierta de martes a domingo, exceptuando los días de lluvia y sudestadas, los cuales permanece cerrada al público. Su horario en otoño e invierno es de 9 a 17 hs. y en primavera y verano de 9 a 18 hs. Se realizan visitas guiadas para escuelas, instituciones educativas y público en general.
Actividades:
Todas las actividades de la reserva son gratuitas
* Recorrido por los senderos (observación de flora y fauna).
* Visitas guiadas para instituciones educativas y público en general (previa solicitud).
* Vivero didáctico de plantas autóctonas.
* Proyección de audiovisuales.
* Charlas y talleres educativos.
* Observatorio de aves los fines de semana.
* Biblioteca de consulta.
Tel/Fax: 4513-9858
E-mail: reserva.ecologica@vicentelopez.gov.ar
Dirección: Paraná y el Río de la plata (Altura de Libertador al 4000 Vicente López)