La aldea de Mar de las Pampas, ubicada en el partido de Villa Gesell sobre la ruta interbalnearia 11, es un lugar para reencontrarse con uno mismo en un ambiente exclusivo, donde la vida al aire libre y la armonía visual se complementan y ofrecen una placentera sensación de paz y calma a todos los visitantes. Con el sonido envolvente que emiten las aguas del Atlántico y un verde intenso que todo lo llena, el turista puede introducirse en un bosque natural donde los pinos, eucaliptos, acacias y cipreses son los protagonistas principales del escenario.
Gracias a la visión de estadistas, el entusiasmo y la perseverancia de tres amigos (Manuel Rico, Jacobo Zelzman y Jorge Vázquez) que en 1957 emprendieron el desafío de controlar las dunas y modificar el entorno desértico, hoy todo aquel que llega a Mar de las Pampas puede disfrutar de un paisaje encantador y especial en cada una de las estaciones del año con un trazado urbano que destaca el valor de la naturaleza y que invita a soñar.
Dentro de este paraíso, las caminatas por la playa, las cabalgatas por los bosques y médanos y el uso de bicicletas como vehículo principal se ubican en un primer plano, promocionadas de manera constante en cada rincón de la localidad como una forma de vida saludable. La posibilidad de unirse al mundo natural, alejarse de la rutina y vivir una experiencia inolvidable son las tentaciones que aparecen a cada paso.
También, acercarse al parador Soleado, disfrutar de un amanecer junto al mar y observar cómo el cielo rojizo invita al sol a esconderse hasta el próximo día, es vivido como una grata sensación para muchas personas que durante todas las jornadas de descanso se dan cita para presenciar un espectáculo natural que adquiere mayor belleza cuando está acompañado por aguas salinas.
En el rubro gastronómico, las propuestas son variadas tanto en platos como en establecimientos especializados. La comida artesanal, de calidad y elaborada con productos frescos y característicos de la zona es un denominador común dentro de toda la aldea. Recetas pertenecientes a los abuelos y otras más novedosas conforman un gran espectro alimenticio. Pescados, frutos de mar y carnes de primera calidad aportan aromas y sabores de alto nivel.
En cuanto a los hospedajes, estos se caracterizan por ser emprendimientos turísticos que buscan preservar las características del lugar sin alterar la naturaleza en forma considerable.
Mar de las Pampas se ha convertido, gracias a la ayuda de sus habitantes y de los eventuales visitantes, en un lugar mágico donde el hombre se pudo relacionar con la naturaleza a través de la sabiduría y de una visión a futuro, privilegiando los médanos, los bosques y el agua de mar.
Fuente: La Capital Turismo
http://www.lacapital.com.ar/ed_turismo/2010/1/edicion_65/contenidos/noticia_5111.html