Surge el 25 de Julio de 1615por mandato de Hernando Arias de Saavedra, como una reducción de indios: Querandíes, mbiguas, chanaes, guaraníes y charruas.
El padre Francisco de Arenas fue su primer misionero, luego llega Fray Luis de Bolaños, quien da mayor impulso.
Es este misionero, llegado a fines del año de la fundación, quien inicia a los aborígenes en las “artes de labrar la tierra”, utilizando arados de madera, tirados por bueyes. Así lo dicen antiguos documentos traídos por el Historiador Don Alejandro Barbich de España.
Fue esta una forma de afincar a los naturales, originariamente nómades, dedicados a la caza y a la pesca.
A comienzos del siglo XIX con la petición del cacique Aguirre y mas de cincuenta naturales, para que les sean devueltas las tierras que les acordara el Rey, Baradero deja de ser reducción para ser considerado pueblo.
En 1807 fue embarcado trigo para las tropas inglesas, en respetable cantidad. Cereal cultivado en la zona llamada de la Cañada de los Toros.
Por haber sido este cargamento destinado al invasor hay un comienzo de proceso, que no se termino.
Este episodio nos da la pauta de que el trigo se cultivaba en grandes extensiones en nuestros campos.
En el año 1836, el italiano Giusseppe Solari solicita autorización para cargar cien fanegas de trigo, hay constancias de este pedido en el juzgado de paz.
LLEGAN LOS COLONOS SUIZOS
Debido a la intensa propaganda realizada por la agencia de emigración Becky Herzog en las fronteras: suiza, alemana y francesa. Diez familias de labradores originarias de Chatel Saint Deniz y una de origen saboyano, resuelven embarcarse para buscar nuevos horizontes en la República Argentina.
Es así como conjuntamente con sus mujeres e hijos, estos pioneros se embarcan el 29 de octubre de 1855 en el puerto de Amberes. Su barco, como si fuera una premonición se denomina “Le Progres”. Es esta “la primera agrupación de inmigrantes suizos de las que se tienen noticias concretas en el siglo XIX y cuya acción se hará sentir bienhechoramente en la joven Nación. Se trata de los fundadores de la llamada Colonia Agrícola de Baradero. (Fuente: Juan Schobiger. “Colonización Suiza en la Argentina”, pagina 51)
El dia de Reyes de 1856 llega “Le Progres” a Montevideo, como se debía demorar allí unos días, las once familias resolvieron contratar una goleta para arribar cuanto antes a Buenos Aires. Llegan el 8 de enero de 1856 y alquilan una casa cercana al puerto. En esos días, una de las familias, la de Francisco Colliard, su esposa y dos hijos, resuelven dirigirse a Bahía Blanca.
ENTRA EN FUNCIONES LA MUNICIPALIDAD DE BARADERO
En los primeros días del mes de enero se constituye la Municipalidad de Baradero y en Buenos Aires se realizan entusiastas reuniones entre: Martín de Gainza, Luis Villanueva, José Antonio Menéndez, Lino Piñeiro y German Frers. Ellos se dan cuenta de la importancia que un núcleo agrícola tendría en Baradero.
Los munícipes estaban enterados de la llegada de este primer contingente de labradores y es por ello que Don Germán Frers los entrevista en su temporario alojamiento en la Alameda de los Ombúes. Los inmigrantes aceptan gustosos la propuesta que el munícipe les hace.
Es mi deber destacar la relevante actuación de Don German Frers, oriundo de Holstein, Alemania, quien llegó a nuestro País en 1842. En 1844 fue nombrado en la escuela Evangélica Alemana, maestro y organista. A partir de 1853 es llamado por el gobierno porteño para administrar una escuela normal y luego se desempeña como Jefe del departamento de Escuelas del Estado de Buenos Aires, su conexión con destacados terratenientes de Baradero se debió a su vinculación familiar con la familia Lynch Zavaleta. Fue Juez de Paz y Presidente de la Corporación Municipal de Baradero. Su hijo Emilio Frers fue el primer ministro de Agricultura que tuvo nuestro País en 1895, cuando fue creada esa cartera.
Frers poseía una gran cultura, puesta de manifiesto al ofrecer a las diez familias inmigrantes la propuesta de la Corporación Municipal de Baradero, en idioma francés. Vaya como acotación el espíritu amplio, pues siendo de religión evangélica da cálida acogida a diez familias católicas, actitud no común para esa época.
El 28 de enero cada persona tiene el pasaporte para “pasar libremente al Baradero”. Ese mismo día se embarcan en el riachuelo. El mismo Frers los acompaña. El viaje duró cinco días, llegan el 3 de febrero.
La Corporación Municipal, recién creada, ha realizado la bienvenida con una celeridad, que nos llena de admiración para esa época. Cuenta la tradición que todo el pueblo estaba en el puerto para dar la bienvenida al grupo de labradores. Su llegada era esperada como la de unos “enviados llegados del cielo”.
Es así como al día siguiente, 4 de febrero de 1856, reunidos en la sala del Juzgado De Paz, los infrascritos, presidente y miembro de la Municipalidad, teniendo en vista el completo atraso en que se halla la población en todo el ramo de agricultura, deseando por todos los medios sacarlos de ese estado de miseria y poseídos de la convicción intima según las maduras discusiones que se han tenido sobre este asunto, que el donativo de las tierras en el ejido de este pueblo, con calidad de cultivo, seria un estimulo poderoso que atraería la inmigración, abriendo así una nueva era de adelanto con el vigoroso impulso, que esta medida daría, fomentando dicho ramo, tan importante ha dado proceder en este sentido mientras lo crean conveniente y al efecto han empezado por Hacer estas donaciones a varias familias suizas, por fracciones de doscientas varas de frente y trescientas de fondo en el sitio denominado “Rincón de Arrecifes”, en la costa del río de ese nombre; dejando de una y otra suerte una calle de veinte varas de ancho, cuyos costados deben poblar de arboledas los agraciados, que son los siguientes: JUAN MER (escrito así por error), siendo en realidad Jaime o Claudio Jeanmaire, que era saboyano. JUAN GENOUD (padre), IGNACIO GENOUD, CASIMIRO GENOUD, JOSE CARDINAUX(padre), JOSE LIAUDAT (padre) , PEDRO LIAUDAT , JUAN LUIS CHOLET , JOSE CARDINAUX Y JAIME CARDINAUX.
Para la debida constancia se extiende la presente acta en el libro de acuerdos. Firmado: LINO PIÑEIRO, PEDRO ALONSO, FRANCISCO SAN MARTÍN, LUIS VILANUEVA, "presidente"
TOMAN POSESIÓN DE LAS TIERRAS BARADERENSES
Las familias de inmigrantes fueron ubicadas en dos casas del pueblo hasta el día 7 de febrero que entraron en posesión de las tierras.
Debieron construirse sus viviendas, recibiendo del municipio bacas y caballos, pero el municipio no los proveyó de alimentos.
El primer año que los colonos se instalaron debieron roturar la tierra con palas de punta. Un esfuerzo muy grande teniendo en cuenta que eran casi tres hectáreas las que les fueron entregadas por familia.
Desde la instalación de los inmigrantes suizos, a los que se les fueron agregando oleadas sucesivas de contingentes, la población comenzó a crecer, comenzaron a circular otros productos, pues los colonos no solamente sembraban cereales, sino también papas y explotaban productos de granja ayudados por sus esposas e hijos.
Todos los domingos, venían a cumplir con el precepto dominical, la asistencia a misa y en la plaza ofrecían sus productos, que traían en los conocidos carritos suizos, famosos por el ruido que hacían.
Anualmente fueron llegando otros inmigrantes alentados por las cartas que les enviaban sus parientes.
El cultivo de la tierra y su subdivisión se hizo primeramente en tierras municipales, y poco a poco se fue extendiendo, cuando los colonos que fueron mejorando su situación económica comenzaron a comprar tierras a los estancieros vecinos.
Este asiento de colonos suizos tuvo como peculiaridad esencial que conservó por mucho tiempo y con más fuerza, su carácter helvético (ambas características aun se conservan). Alrededor de este núcleo de origen suizo, otras familias de diversos orígenes fueron instalándose en parcelas, constituyendo así “un pequeño crisol de razas” a semejanza del gran crisol que ya comenzaba a ser nuestra Patria.
Para formarnos una idea exacta consultamos datos del censo del año 1869.
En la llamada Colonia Suiza había:
954 suizos, 180 vascos, 130 italianos, 70 franceses, 60 españoles, 28 alemanes y 201 argentinos, sumando así 1623 habitantes en el campo, mientras que en la ciudad había 1200 habitantes.
Fuente: Blanca Raggio Asprella - Museóloga