La expedición militar que culminó con la fundación de Bahía Blanca, la llevó a cabo el Coronel Ramón Estomba por mandato del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Coronel Manuel Dorrego. Así, llegó desde el fuerte Independencia, en Tandil, el 11 de Abril de 1828 con toda la expedición y con los elementos necesarios para la construcción del Fuerte al que Estomba denominó Fortaleza Protectora Argentina.
En 1830 el Teniente Coronel Antonio Manuel de Molina vino a completar la obra de trazas las calles aledañas al fuerte. El primer plano de la ciudad hecho por él está fechado en 1834. En ese mismo año se nombró el primer Juez de Paz y encargado de la comisaría que fue Fransisco Xavier Casal.
En 1836 se inauguró la primer Iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced, Redentora de los Cautivos Cristianos y fue nombrado el primer cura párroco, el genovés Juan Bautista Biggio.
La llegada de la Legión Agrícola Militar en 1856 a Nueva Roma primero, y a Bahía Blanca después, marcó el comienzo de la población estable con familias que perduran hasta el día de hoy.
El poblado vivió una terrible epidemia de cólera cuyo resultado fue el diesmado de la población y a eso se le agregaron las bajas ocurridas en la lucha contra los aborígenes en los enfrentamientos producidos en los malones, uno de los cuales, de gran impacto, fue el del 19 de Mayo de 1859.
En 1861 se inauguró la primera escuela pública para varones y, a pesar de estos intentos de progreso, la población sufrió penurias, desabastecimientos y ataques que hicieron zozobrar su existencia.
El gran impulso de produjo en 1884 cuando llegó el ferrocarril: la vida cambió y la pequeña aldea se transformó en ciudad. Llegaron grandes contingentes de inmigrantes y con ellos, el desarrollo, no sólo edilicio sino económico y también social. Bahía Blanca alcanzó el rango de ciudad por una ley provincial de 1895. Se sucedieron, a partir de entonces, una cantidad de inauguraciones que se fueron dando a medida que la población se afincaba y crecía a ritmo vertiginoso.
Entre 1901 y 1928 se inauguraron:
El servicio de tranvías a vapor, en 1904 y a nafta, en 1906
El alumbrado a gas y el servicio domiciliario de gas, en 1906
El servicio de aguas corrientes, en 1908
La oficina del Palacio Municipal, en 1909
La inauguración del Parque de Mayo, en 1910
El Ferrocarril Rosario Puerto Belgrano, en 1911
El Teatro Municipal, en 1913
El servicio telefónico a Buenos Aires, en 1925
El servicio de obras sanitarias, en 1926
Los festejos del Centenario, en 1928 produjeron, además de obras arquitectónicas como el Palacio de Tribunales, obras escultóricas que caracterizan a la ciudad, como la Fuente de los Ingleses y el Monumento de la Colectividad Israelita en la Plaza Rivadavia y el de los Fundadores en el Parque de Mayo.
En su desarrollo desde 1930 hasta el presente, la ciudad ha sufrido las variantes de la economía nacional e internacional, de ahí que esos avatares, su situación geográfica la construcción de rutas que la vinculan con las distintas regiones del país, la hayan convertido en una de las ciudades más importantes de la Argentina. La Creación de la Universidad Nacional del Sur, en 1956, de la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional, el CONICET, el CRIBABB, la PLAPIQUI, entre otros le dan el impulso intelectual que alimenta los centros industriales.
La instalación del Polo Petroquímico con sus industrias satélites, la nueva Central Termoeléctrica Piedrabuena (instalada en 1986), la creación del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca en 1993, la creación de la Zona Franca, en 1996, le auguran a esta Bahía Blanca de hoy un futuro promisorio.
Fuente: turismo.bahiablanca.gov.ar
