En Santiago del Estero y en La Banda, el circuito de las peñas folclóricas convoca a un ritual de música, baile y platos típicos.
Dicen que si Santiago del Estero fuese visitada tantas veces como es nombrada en sus chacareras, sería una de las provincias más conocidas de la Argentina. Es que, si de algo están orgullosos los santiagueños es de su tierra y de su ciudad capital, con una enorme riqueza cultural e histórica que ilumina los edificios públicos, las peñas trasnochadas que convocan multitudes, las leyendas que se transmiten de padres a hijos, los artesanos que fabrican hilados e instrumentos musicales, los sabores de las empanadas, el locro, los tamales y el dulce mistol, presente en esas hermosas zambas para enamorarse.
Las costumbres se mantienen intactas y un calor eterno y cansino demora las siestas. Es tierra de grandes músicos y compositores, como Sixto Palavecino, Andrés Chazarreta, Los Hermanos Abalos, los dúos Coplanacu y Suárez-Palomo, Los Manseros Santiagueños, Alfredo Abalos -santiagueño por adopción-, Raly Barrionuevo y la ilustre familia Carabajal, entre tantos otros. Es raro que un santiagueño no se haya acercado jamás a un bombo o una chacarera ni disfrutado de los domingos de peñas, vino y empanadas.
Fuente: Clarin Turismo
http://www.clarin.com/suplementos/viajes/2009/10/04/v-02011657.htm