Así conocen los lugareños a las Termas de Pismanta -una visita impostergable si uno está en el dique-, que se ubican a 182 kilómetros de la capital de San Juan, y su nombre, en lengua nativa, significa "rayo de sol por el lado derecho".
También conocidas como "Termas del Inca", son visitadas en busca de muchos para recuperar la salud perdida ya que sus aguas termales se combinan de manera perfecta con un espectáculo natural sobrecogedor: están situadas en un valle rodeado de montañas cuyas cumbres se presentan permanentemente nevadas, además de una vegetación arbustiva que recubre las laderas y pequeños bosques que crecen a la vera de los cursos de agua.
Sus aguas poseen diversas propiedades por lo que son sulfatadas, sódicas, sulfurosas, ligeramente bicarbonatadas, de origen volcánico y de mineralización débil. Con ella se practican diversas técnicas como los baños de inmersión en piscinas que reciben el agua directamente de la fuente principal, a una temperatura que varía entre los 38° C y los 44° C.
Éstas son utilizadas para las afecciones en la piel, alergias, reumatismo, artrosis rebelde y otras enfermedades vinculadas con el sistema termorregulador del organismo.
Asimismo, por su sabor y liviandad el agua es apta para beber, y debido a que contiene elementos purificadores y tonificantes su ingesta asegura intercambios orgánicos, favorece la digestión, incide positivamente en el metabolismo y ayuda a combatir la hipertensión arterial.
Pismanta cuenta además con un hotel que dispone de una infraestructura adecuada para el aprovechamiento de las aguas termales, a la vez que le brinda servicios de calidad y una amable atención.
Se encuentran ubicadas a 11 km de Iglesia, y a 13 km del pueblo de Rodeo.
Fuente: Los Andes Online
http://www.losandes.com.ar/notas/2010/2/14/turismo-471862.asp