La provincia de San Juan ofrece bellos paisajes, circuitos para recorrer y deportes náuticos para los más intrépidos.
La geografía sanjuanina podría describirse como obras de arte creadas por la naturaleza, en su mágico paisaje tan rocoso como fértil, con sus montañas y sus valles.
Entre sus atractivos, se destaca el Parque Ischigualasto que forma parte del patrimonio natural de la humanidad. Es un área protegida para la preservación y estudio de curiosas formaciones geológicas, fauna, flora y restos fósiles de dinosaurios y mamíferos que revelan la evolución de los vertebrados en el período triásico. Es comúnmente conocido como el Valle de la Luna por su aparente similitud con un paisaje de otro planeta vale la pena conocerlo por su riqueza paleontológica y su extraña y cautivante fisonomía.
Durante el día, el parque se muestra en plenitud y de noche luce aún más intrigante y se atreve a seducir con sus contornos que relucen a luz de la luna. Es como descubrir en medio del sonido del silencio figuras que parecen pinturas sombreadas o esculturas talladas a la perfección. Quien viva esa experiencia entenderá lo difícil que resulta ponerle palabras a la sensación que produce contemplar el lugar. Hay que sentirlo y disfrutarlo para tomar verdadera dimensión de lo que connota.
Ubicado en el departamento Valle Fértil, a 330 kms de la ciudad de San Juan.
El circuito comprende 42 kilómetros y recorrerlo lleva alrededor de tres horas para visitar cinco estaciones de donde se pueden observar formaciones rocosas identificadas con los nombres El Gusano, Valle Pintado, Cancha de Bochas, El Esfinge, El Submarino y El Hongo. Cada parada tiene su encanto y las imágenes sorprenden al punto de parecer de ficción aunque son tan reales como los animales que habitan este confín del mundo. Guanacos, zorros grises, pumas, vizcachas, mulitas y cóndores, entre otros ejemplares, constituyen su fauna autóctona adaptada al tipo de clima predominante cuyo temperatura es de 35 grados promedio en verano y 20 en invierno.