Con todos los condimentos de una provincia cordillerana, San Juan ofrece inigualables paisajes áridos, adornados con molinos harineros de antaño y una de las mejores rutas del vino que el país puede brindar. Tranquilidad y un escenario al margen del tiempo es lo que promete este valle, que inunda con sus aromas a vid y a olivo.
Bajando desde el norte, en los departamentos de Jáchal e Iglesia, encontramos un paisaje que sólo Miguel de Cervantes Saavedra podría haber descripto. A modo de documento histórico siglo XIX, los molinos harineros son testigos del estilo arquitectónico de la época y los antiquísimos mecanismos de una ingeniería basada en la rueda hidráulica. Declarados Monumento Histórico Nacional por el Congreso, tres de esos molinos -el de Sardiña, el de García y el de Huaco- fueron restaurados y funcionan como en sus épocas de gloria.
Siguiendo con el recorrido -en el departamento Iglesia- la capilla de Achango es prueba material de las misiones jesuitas del siglo XVIII. La construcción revela el estilo de aquel entonces, con paredes de adobe de 30 centímetros de espesor, piso de tierra cubierto por alfombras tejidas por indígenas y techo de tijerales de algarrobo, atados con tientos de cuero.
Adentrándonos en el valle de Tulum, el circuito viñatero se muestra tan joven como diverso. Syrah, Torrontés, Tannat, Bonarda y otras cepas del nuevo mundo conviven en perfecta armonía. Teniendo como premisas productos jóvenes que no requieren guarda, la Ruta del Vino contempla desde los orgánicos producidos por Fabril Alto Verde, hasta el champán de la bodega Cavas de Zonda, resguardados en las entrañas de la Cordillera.
La provincia también tiene propuestas en lo que refiere al turismo histórico. En el urbano corazón de la ciudad de San Juan, se encuentra la casa natal de Domingo Faustino Sarmiento, transformada en el Museo Histórico Nacional en 1910. En sus siete salas se exhiben objetos que pertenecieron al prócer, así como también el mobiliario de la época. Posee -además- una biblioteca pública compuesta por más de 3.000 volúmenes, entre ellos los 52 tomos de las Obras Completas de Sarmiento.
En tanto, cerrando el circuito gastronómico, también en pleno centro, el Museo del Olivo, único en su tipo en Sudamérica, desnuda una de las plantas de procesamiento más antiguas de la provincia, con una variada oferta de productos gourmet que allí se fabrican.
Para los más aventureros y los amantes de los deportes acuáticos, en Rodeo, el dique Cuesta del Viento cautiva no sólo por el color turquesa del agua, sino también por sus fuertes vientos El windsurf se convirtió en la mayor atracción veraniega, con referentes que llegan desde todo el país y de diferentes partes del mundo, atraídos por las condiciones geográficas y climáticas del lugar.
Sin embargo, durante la mañana, pescadores costeros y embarcados llegan al lugar impulsados por la calma que convierte al dique en un espejo. En Iglesia también se puede optar por trekking, cabalgatas, excursiones en vehículos 4x4, pesca, visitas a sitios que guardan vestigios indígenas, entre otras interesantes actividades.
Fuente: Ambito