Para los más aventureros, se erige en el mismo Barreal Blanco una de las mejores pistas de carrovelismo del mundo, un deporte no convencional que se practica con autos a vela, los cuales corren empujados por fuertes ráfagas de viento y llegan a superar los 135 kilómetros por hora.
La planicie arcillosa blanquecina, que prácticamente no presenta declives, ofrece 14 kilómetros de largo y poco más 400 metros de ancho para que los carros avancen en forma de zig zag. Allí, hay prestadores de servicios turísticos que comercializan paseos para dos personas, y enseñan a los viajeros a maniobrar los excéntricos vehículos.
Este espectacular deporte tiene un considerable número de adeptos y simpatizantes en todo el país y en todo el mundo. En Argentina se corre en la categoría F3, con 3 metros de trocha y 7,35 metros de vela.
La actividad, practicada con autos a vela "windcars" se debe a la inspiración de un visitante belga.
Se trata de vehículos de tres ruedas neumáticas equipados con una vela que requieren gran habilidad para ser conducidos. Desde 1975 se realizan competencias oficiales de nivel internacional, con gran concurrencia y amplia difusión publicitaria. Los coches corren empujados por el viento, cuya velocidad cuadruplicada por la vela, puede superar los 135 km por hora.
En las competencias, sin embargo, se reglamenta un límite de 80 km/h. Hay modelos biplazas que pueden ser usados para transportar turistas cuando no hay competencias.
A 180 km de la capital de San Juan y enmarcada por la Cordillera de los Andes, Barreal se caracteriza por las típicas alamedas y acequias con agua de deshielo que bordean sus calles. Barreal es un destino turístico que cuanta con amplias comodidades para el viajero, y está especialmente dedicado al turismo aventura. Un destino que, además la experiencia única de practicar o simplemente observar el carrovelismo, ofrece de paseos astronómicos, ofrece salidas de pesca, trecking, cabalgatas y travesías 4x4.
La pequeña urbe es ideal para alejarse de los ruidos citadinos y despertar los sentidos en contacto con la naturaleza. Elegido habitualmente por expedicionarios de alta montaña, posee también capillas construidas por las órdenes jesuitas y milenarias cuevas con los rastros de un pasado aborigen.
Situado a la vera del Río de los Patos, cuenta también con desafiantes bajadas de rafting, y entre las excursiones imperdibles están el Paseo de los Enamorados y el Museo Arqueológico, donde se exhiben cuerpos momificados hallados en la zona.