AREA PROTEGIDA
En el Parque Nacional Los Cardones existen importantes restos paleontológicos que indican que animales extintos habitaron la región, tal es el caso de las huellas de dinosaurios que poseen una antigüedad de alrededor de setenta millones de años.
INFORMACION GENERAL
Este Parque está ubicado en el centro-oeste de la Provincia de Salta, un enorme bolsón de 65.520 hectáreas extendidas entre los departamentos de Cachi y San Carlos, a 100 km de Salta . Fue creado en 1996 por La Ley 24.737, sancionada el 20 de noviembre y promulgada por Decreto N° 1467/96 (Boletín Oficial del 20/12/96), cuando se concluyeron las gestiones formales para adquirir el terreno, que era de propiedad privada, con el fin de proteger una admirable área que abarca cuatro ambientes naturales diferentes, principalmente las sierras y quebradas secas, entre los 2.700 y 5.000 metros de altura. Allí predomina la formación arbustiva propia de la prepuna, además de comunidades típicas del monte y, en las cumbres, de la puna y los altos Andes.
Limita al este con las altas cumbres, destacándose las cúspides del Cerro Malcante, Sierra del Candado, Filo del Pelado y las nacientes del río Escoipe; al oeste las sierras Colorada y de la Apacheta; al norte el Abra del Pozo Bravo y al sur, una línea imaginaria divide por la mitad el valle de Tonco o Los Colorados. Por la conformación de sus zonas, es comparable con el monumento natural Saguaro y el Parque Nacional Organ Pipe Cactus, en Estados Unidos.
Entre los valles de Lerma y Calchaquí, se erige el majestuoso Cerro Negro o Malcante. Desde sus 5050 m.s.n.m., en los días despejados pueden apreciarse claramente Cachi , Salta y Cabra Corral, además de los picos nevados que lo rodean.
En otro sector del Parque, casi al finalizar la zona conocida como Cuesta del Obispo, se encuentra el Valle Encantado. Orgulloso de su nombre, sus hermosas lagunas formadas en épocas de lluvia, que se congelan en invierno, y el suelo tapizado de flores multicolores resaltando entre las caprichosas formaciones rocosas, contrastan con la diafanidad del cielo. En esta exquisita atmósfera, se pueden apreciar pinturas rupestres y avistar algunos cóndores que sobrevuelan el lugar.
Todo el paisaje silvestre cobija especies de flora y fauna características de Los Cardones.
RECURSOS CULTURALES
Pueblos Originarios (antiguos pobladores)
Antes de la llegada de los españoles, el área protegida por el actual Parque Nacional Los Cardones cumplió un rol muy importante para los pueblos originarios debido a sus riquezas ambientales y a su ubicación estratégica entre el valle Calchaquí y el de Lerma. Hace aproximadamente mil años, el lugar fue importante para las caravanas de pastores por contar con recursos básicos como agua y pasturas. A la vez fue un lugar importante para el ritual y para la expresión artística plasmada en el arte rupestre.
En épocas de la ocupación incaica, se crearon en la región caminos que unían los diferentes centros dedicados al comercio, producción de bienes y control socio-político del Noroeste Argentino con los centros imperiales.
El Valle Calchaquí fue la vía de penetración de la conquista española, y no pudo ser completamente dominado sino hasta principios del siglo XVII. Las evidencia del proceso de colonización pueden hallarse en la diversidad de manifestaciones culturales que funden la herencia indígena con la hispánica y dan cuerpo a costumbres, valores y creencias arraigadas en los actuales pobladores de la región.
Patrimonio cultural
Una tradicional leyenda lugareña
Cuentan que PasakSana, hija de un poderoso Kuraka (cacique Inkas), no tenía el consentimiento de su padre para casarse, y escapó con su amado Kehuaillu. Los enamorados pidieron protección a la Pachamama, y fueron cobijados generosamente en uno de sus mantos de tierra; lo que hizo surgir a Kehuaillu envuelto en un poncho verde, dentro del cual tenía abrazada a su dulce amada. Entonces, cuando Pasakana quiere ver la belleza de los cerros, para no ser reconocida, se asoma en forma de una bella flor.
Recursos paleontológicos
En el Parque Nacional Los Cardones existen importantes restos paleontológicos que indican que animales extintos habitaron la región, tal es el caso de las huellas de dinosaurios que poseen una antigüedad de alrededor de setenta millones de años. Actualmente esos vestigios son investigados por especialistas que trabajan para su estudio y conservación.
Problemas de Conservación
En un espacio natural protegido con presencia de pobladores se hace necesario evaluar la incidencia sobre el area. Muchas veces estos pobladores practican una economía precaria que incluye la tenencia de algunas cabezas de ganado, extracción de madera y caza furtiva, entre otras alteraciones. Es común que también haya perros y se siembren plantas exóticas, ya sea para alimento o con fines ornamentales y que se quemen superficies próximas a las viviendas para quitar las “malezas”. Este problema, no menor por cierto, afecta a muchos lugares del Parque Nacional Los Cardones.
También se producen introducciones de ganado por distintos puntos del perímetro del área, problema al que se suma la existencia de burros cimarrones.
La caza furtiva, especialmente de guanacos, es un hábito que adoptan muchas personas en prácticamente todas las áreas protegidas, debido a la mayor abundancia de fauna resultante de la protección, y algunas veces, porque al cazador le resulta menos riesgoso incursionar en un campo de varios miles de hectáreas con escaso personal de control, que hacerlo en uno pequeño donde el encargado del mismo se pondría en alerta de inmediato.
Los simpatizantes de los vehículos todo terreno -autos y motos- encuentran en algunas partes del parque paradisíacas pistas para poner a prueba su destreza y la de sus transportes. Esto, lógicamente, representa una fuerte agresión al medio porque provoca huída de animales, ruptura de la vegetación para “mejorar” los circuitos y contaminación sonora para otras personas que posiblemente hayan recorrido varias centenas de kilómetros en busca de un lugar apacible donde contactarse con la naturaleza, entre otros factores negativos.
CLIMA
La mayor parte del área tiene un clima netamente árido: seco y cálido con temperaturas medias de 11ºC en invierno (con mínimas levemente por debajo de 0ºC) y de 18ºC en verano (con máximas de 30ºC). Las precipitaciones son escasas, el promedio anual no supera los 200 mm. y esto solamente en la época estival del año (Noviembre a Marzo) donde se producen más del 90% de las precipitaciones, no llueve lo mismo en todos los lugares y no todos los años llueve la misma cantidad. Excepcionalmente ocurren nevadas en la parte más baja del área (2.700 m.s.n.m.) donde la temperatura anual varía entre los 9º y 10ºC. Ya sobre los 3.500 m.s.n.m. en las serranías del Este se producen precipitaciones en forma de granizo. Hacia el Este, donde se halla el Valle Encantado y las laderas bajas de la Cuesta del Obispo se observa una transición de clima árido a húmedo.
ACCESOS
El Parque se encuentra al sudoeste de la ciudad de Salta. El área es atravesada por la Ruta Provincial Nº 33 que conduce a Cachi por un camino de aproximadamente 25 km. A la vera de la recta del tin tin en un camino secundario se accede a la seccional El Churcal y si uno continua viaje se llega al pueblo de Payogasta, lugar donde se encuentra la sede administrativa del parque.
PASEOS Y SERVICIOS
Como otros parques nacionales de reciente creación, el área aún no cuenta con todos los servicios requeridos para el visitante. En el sector del Valle Encantado los visitantes podrán contar con atención personalizada que los orientará en el lugar.
SUGERENCIAS
• Está prohibido hacer fuego en el parque.• Esta prohibido acampar en el parque.• Llevar agua potable.• Llevar bolsas para los residuos
que se generen en la visita.• Está prohibido ingresar con mascotas.• Se recomienda llevar siempre abrigo y sombrero debido a los cambios climáticos repentinos.
• No está permitido ingresar con ningún tipo
de armas o trampas.• Ante cualquier duda consultar con el Guardaparque.• Se recomienda llevar algún tipo de
protección contra el sol.
RECURSOS NATURALES
Se encuentran tres tipos de ambientes: el de sierra, con relieve pronunciado de todas las serranías y cerros aislados; el de piedemontes y bajadas, que presenta superficies suavemente inclinadas, preservadas de la acción activa de aporte fluvial y superficies sometidas al desgaste y aporte de sedimento fluvial; y el de las depresiones, que corresponde a las partes bajas del relieve donde hay aporte continuo de material fino transportado por el agua.
Suelo
El ambiente serrano se caracteriza por la presencia de suelos que presentan abundante afloramiento de rocas consolidadas y no consolidadas, encontrándose por orden de dominancia: suelos pedregosos someros; suelos de textura media a fina y suelos pedregosos profundos.
En el piedemontes y bajadas se encuentran tres tipos de suelos: suelos rojos de desierto; suelos rojos de desierto con discontinuidad a una concentración de carbonato de calcio y suelos que presentan una acumulación de material fino y/o pedregoso, aportado por el agua sobre suelos de textura media a fina.
El ambiente de depresiones presenta suelos de textura fina, algo salinos y suelos arenosos.
Los cerros se destacan por su variedad de colores, desde rojos hasta diversas tonalidades verdes y negruzcas, pudiendo ser observadas en los faldeos orientales del Cerro Tin-Tin, en donde también se encuentran extensos depósitos de calizas que contienen numerosos restos fósiles bien conservados de gasterópodos, algas, peces y dinosaurios.
Flora
En el Parque Nacional "Los Cardones", se protegen áreas representativas de las Provincias Fitogeográficas Prepuneña, Puneña, y Altoandina y el sector septentrional del Monte Occidental, región natural exclusiva de la Argentina.
La Provincia Puneña , tal vez el bioma menos representado, que se presenta en altiplanicies, algunos cerros (el Negro principalmente) y quebradas entre los 3.500 y 4.500 m.s.n.m. aproximadamente. Se caracteriza por su clima frío y seco, de gran amplitud térmica diaria y suelos pobres en materia orgánica, pedregosos y arenosos, con elevado contenido de sales. También son característicos la escasez de arbustos, muchos espacios de suelo descubierto y especies herbáceas muy pequeñas que crecen formando cojines. Entre las más comunes cabe citar a la tolilla (Fabiana densa), una solanácea casi desprovista de hojas, la añagua (Adesmia horridiuscula), con ramas espinosas y flores amarillentas, y la rica-rica (Acantholippia hastulata), también espinosa, entre muchas otras. Sobre las rocas crecen distintas especies de musgos y líquenes, y en algunas partes se observa el suelo tapizado por gramíneas y pastizales. Las vegas zonas de suelo inundado y cubierto por vegetación de las familias de las ciperáceas y juncáceas suelen verse también en este sector.
La Provincia Altoandina aparece a más de 4.500 msnm, hasta aproximadamente los 5.200 msnm, donde el suelo también es pedregoso o arenoso pero algo más suelto e inmaduro (en etapa de transición). El clima es muy frío y la amplitud térmica presenta extremos muy opuestos, todo esto en un marco de escasas precipitaciones pluviales y algo más frecuentes en forma de nieve o granizo durante todo el año. La formación vegetal predominante es la estepa de gramíneas, también se encuentran presentes matas circulares de pastos muy duros como Festuca orthophyla, Deyeuxia cabrerae y Stipa saltensis, entre otras. Es común ver entre los iros especies como la cuerno de cabra (Adesmia patancana), las Senecio punae y Senecio graveolens, todas ellas con raíces profundas y ramas que forman como placas casi al ras del suelo. Desafiando con total entereza los rigores del clima, crecen, protegidas por los iros, pequeñas hierbas en forma de roseta con vistosas flores multicolores.
La Provincia Prepuneña se encuentra especialmente representado en el Valle de Tin-Tin, en la Planicie Cachipampa-Piedra del Molino, en Ovejería y en el sector norte del Valle del Tonco y Rumiarco.
Esta provincia biogeográfica abarca las laderas y quebradas secas de las montañas del noroeste de la Argentina, desde Jujuy a La Rioja, y está estrechamente relacionada con la provincia del Monte. La diferencia principal estriba en la poca importancia o ausencia del género Larrea, la abundancia de cactáceas columnares del género Trichocereus y de bromeliáceas y la presencia de varias especies endémicas de diferente género. Podría ser considerada como un distrito del Monte, pero dentro del Dominio Chaqueño es más conveniente dar a la Prepuna la categoría de Provincia (Cabrera, 1976).
En este bioma predominan los suelos pedregoso-arenosos, sueltos, permeables y casi sin humus, en medio de un clima seco, con lluvias exclusivamente estivales. La vegetación predominante es la arbustiva, pero también se desarrollan cardones (Trichocereus pasacana), que dan nombre al Parque Nacional y bosquecillos de especies muy bajas y bromeliáceas que crecen junto las piedras. La comunidad vegetal predominante es la estepa arbustiva, que cubre las laderas suaves de los cerros con arbustos cuya altura oscila entre un metro y un metro y medio como la chijua (Baccharis boliviensis) y otros menos conspicuos.
Entre estos arbustos o formando comunidades separadas, crecen herbáceas y gramíneas como Agrostis nana, un pasto común, y la endémica amancay (Ippeastrum tintineasis). En suelos salobres hay matorrales de jume (Suaeda divaricta) o de jume y pichanas (Cassia aphylla) conjuntamente. En esta eco-región se forman bosquecillos de churqui (Prosopis ferox) un arbolito muy característico por su tronco siempre torcido.
En las laderas de los cerros, hasta aproximadamente los 3.200 msnm, en especial las del Tin-Tin, la parte oeste del Malcante y las de las llamadas Cumbres del Obispo, se destacan los ya mencionados cardones (Trichocereus pasacana), que pueden alcanzar hasta diez metros de altura. Esta cactácea tiene características muy peculiares que vale la pena resaltar. En primer lugar, es significativa su longevidad, que comúnmente supera los 250 años; su tronco está cubierto de espinas de unos treinta centímetros de largo de color amarillo, casi dorado, que son utilizadas por los lugareños para tejer lana de llama. Alcanza la madurez reproductiva sólo entre los cuarenta y cincuenta años aproximadamente, cuando por primera vez genera sus características flores blancas. Éstas mueren a los pocos días de aparecer para dar paso al fruto, la pasacana, del que salen varios miles de semillas de las cuales muy pocas germinarán si encuentran refugio contra la inclemencia del tiempo en algún arbusto, oquedad del suelo o grietas en las rocas.
Su utilidad como madera es múltiple. Además de sus cualidades tintóreas, se usa para confeccionar vigas para los techos y aberturas de las precarias viviendas de los habitantes del lugar, postes para corrales y horcones de telar. Pero una de las utilidades que más cala en el sentimiento del puneño es la de poder confeccionar con el tronco ahuecado los bombos que resuenan a golpes de mano anunciando el carnaval, la festividad popular más importante en estas latitudes. Por último, su fruto es empleado como alimento para el ganado y también para los humanos.
Provincia del Monte Las especies representativas de esta región biogeográfica se ubican en el Área Tin-Tin (Duende Yacu y Bosque Azonal de Churqui) y quebradas del sur del Valle del Tonco, donde limitan directamente con la Puna, más precisamente al pie de los cerros Malcante y Cumbres del Obispo. El jarillal es una de las formaciones vegetales más conspicuas de este ambiente, en el que se congregan con más predominancia las jarillas (Larrea divaricata) y otras especies de arbustos que tienen un amplio margen de adaptación a distintas temperaturas. En este sector, los cardones (Trichocereus pasacana) compartidos con la Prepuna acompañan en los faldeos a las jarillas hasta aproximadamente los 3.200 metros sobre el nivel del mar. Por último, cabe mencionar que la presencia de pastizal de neblina en sectores del Valle Encantado significa una leve representación de la ecoregión de las Yungas.
Fauna
A pesar de tratarse de una zona donde la vida resulta difícil porque la configuración geográfica produce un clima muy inhóspito, la variedad de bio-regiones imperante compensa esa adversidad y hace posible que se den cita una importante cantidad de especies de las distintas clases. Comenzando por los mamíferos, se ha registrado una especie de la familia Dasypodidae, el piche llorón, (también llamado quirquincho chico -Chaetophractus vellerosus-) cuya longitud es de sólo unos 24 centímetros incluyendo cabeza y cuerpo y que está cubierto por abundantes pelos largos aun en la parte ventral. Hay otra especie, llamada quirquincho puneño (Chaetophractus nationi), que podría habitar el Parque Nacional por ser de este ambiente, como su nombre común lo indica, y que fue citada por Yepes (1928) y Cabrera (1957 y 1961) para la Argentina, pero estudios posteriores la excluyeron del territorio. De los félidos (Familia Felidae) encuentran refugio en esta área el gato de pajonal o gato pajero (Lyanchailurus pajeros), categorizado como “Vulnerable” en el orden nacional, el gato montés (Oncifelis geoffroyi) y el emblemático puma (Puma concolor) que comparten sus hábitos carnívoros con el zorro gris chico (Dusicyon griseus) y el zorro colorado (Dusicyon culpaeus), considerado en el ámbito nacional como próximo a la categoría de “Vulnerable” (NT).
El camélido de distribución más amplia de Sudamérica, el guanaco (Lama guanicoe) está presente en esta unidad de conservación. Ver y fotografiar sus manadas constituye una de las metas de los amantes de la caza fotográfica.
Pasando a los mamíferos de pequeño porte, debemos mencionar a dos integrantes de la Familia Muridae (para otros autores Cricetidae), que son el ratón andino (Akodon andinus), exclusivo de los andes del norte, y el Akodon alterus o ratón de los pastizales. Hasta 1997 -luego se crearon más áreas- el Parque Nacional Los Cardones tal vez haya sido la única unidad de conservación bajo jurisdicción nacional que lo protegía, dado que está incluido en la lista de especies aún no registradas para ningún área de ese ámbito realizada por Heinonen Fortabat, S. y Chebez, J.C. (1997). La rata cola de pincel (Octodontomys gliroides), perteneciente a la Familia Octodontidae -que incluye animales que se asemejan más a las vizcachas pequeñas o a las ardillas que a las ratas o ratones típicos-, fue registrada para este Parque Nacional. Por último, dentro de la clase de los mamíferos cabe mencionar al tuco-tuco salteño (Ctenomys saltarius), que según los autores mencionados no estaría amparado en ninguna otra área protegida nacional.
Los anfibios no abundan en Los Cardones, pero hay dos especies que tal vez sean las más conspicuas: el Bufo spinulosus (vulgarmente sapo espinoso) y el Telmatobius hauthali.
Entre los ofidios están presentes la víbora de coral (Micrurus frontalis), dos culebras conocidas simplemente con ese nombre, que son: Philodryas trilineatus y Phimophis vittatus, la yarará ñata ( Bothrops ammodytoides), la yarará chica (Bothrops neuwiedi) y la cascabel (Crotalus durissus).
El número de aves del Parque Nacional Los Cardones es importante si se tiene en cuenta que buena parte de su superficie es puna y zona de altos Andes, con sus respectivos ecotonos, donde la vida encuentra severos límites. En efecto, las características ambientales extremas determinan pautas adaptativas que restringen las posibilidades de colonización, reproducción y supervivencia (N.Acreche, H.A.Núñez y M.V.Albeza, 1988); por lo tanto, la presencia de avifauna está en total concordancia con ese principio. La primera mención, sin lugar a dudas, se la lleva el cóndor (Vultur grypus), cuyo avistaje a simple vista proporciona placer y admiración. Generalmente, en los vuelos de altura es acompañado por el jote cabeza roja (Cathartes aura) y el jote negro (Coragyps atratus).
Otra ave típica de las alturas es la gaviota andina (Larus serranus), que frecuenta las lagunas altoandinas y cuya presencia no es común, el carpintero andino (Colaptes rupicola), también endémico de los Andes y el nordeste de la puna, el carpintero de los cardones (Melanerpes cactorum), que apenas supera los quince centímetros y cuyo nombre común hace referencia a su costumbre de posarse sobre cactus altos. Dentro de los picaflores se encuentran en el área varias especies: el picaflor coludo rojo (Sappho sparganura), con su inconfundible color rojo carmín y sus quince centímetros desde la cabeza al extremo de la cola, el picaflor andino (Oreotrochilus leucopleurus), que se distribuye a lo largo de toda la zona cordillerana, a excepción del extremo sur, y el picaflor gigante, notable no sólo por ser el más grande del grupo que puede observarse en territorio argentino, sino también por su coloración parda, sin colores vistosos como los de casi todos sus congéneres.
También su nombre científico, Patagona gigas, remite al tamaño. Sólo está amparado en muy pocas reservas o parques nacionales. Pasando al grupo de las palomas, se destaca la palomita ojo desnudo (Metriopelia morenoi), cuya presencia también es escasa en áreas protegidas nacionales, al igual que la palomita dorada (Metriopelia aymara). Muchas especies más, de distintas familias, componen el elenco ornitológico de este Parque Nacional: bandurritas, vencejos, dormilonas, jilgueros, pepiteros, tordos como el chiguanco (Turdus chiguanco), que siempre habita las zonas serranas, y muchos más cuya enumeración rigurosa escapa al tenor de esta página.
Por último, hay que destacar la presencia de dos endemismos entre las aves: Upucerthia andaecola, comúnmente conocida como bandurrita cola castaña, y Mimus dorsalis -o calandria castaña según la nomenclatura común-, habitante de ambientes puneños. Además, dos especies son exclusivas de la región -no del Parque- y podrían catalogarse de raras por su muy escasa presencia. Se trata de una rapaz, el aguilucho cola corta (Buteo brachyurus) y del yal grande (Idiopsar brachyurus), un passeriforme que habita las estepas altoandinas del noroeste.
CONTACTO
Parque Nacional Los Cardones
Av. San Martín s/n
(4.415) Payogasta
Salta, República Argentina
Teléfono: (03868) 496-005/001
Tel.: 54 38 68491066
mail: loscardones@apn.gov.ar
jbikauskas@yahoo.com.ar
Delegación Regional Noroeste (NOA)
Santa Fe 23
(4.400) Salta
República Argentina
Teléfono: 0387-310255 y 74312683.
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Buenos Aires, República Argentina
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