A lo largo del pais, Argentina tiene muchos rincones y rutas para descubrir, con recorridos temáticos que cuentan historias, unen pueblos y personas que se mezclan con la geografía del lugar.
Algunas de las rutas temáticas que se pueden destacar son:
La provincia de Buenos Aires tiene muchos pueblos donde hay antiguas pulperias para conocer, que resisten el paso del tiempo, con historias que vale la pena conocer. San Antonio de Areco, San Andrés de Giles, San Pedro, Baradero, Navarro, Azul, Cañuelas... Son muchos los sitios de la Provincia de Buenos Aires en los que antiguas pulperías resisten el paso del tiempo y cuentan historias que vale la pena conocer, de cuando eran el centro del comercio de los pueblos –todo lo que se necesitaba estaba allí: comida, bebidas, velas, carbón, remedios– y el centro de la vida social, donde todos se encontraban a ponerse al tanto de las novedades o a jugar al truco con un vermú.
Algunos ejemplos: el Almacén de Mogiardini en Paraje Barrientos, cerca de la laguna de Lobos, no lejos de La Protegida, en Navarro, donde también están La Media Luna y El Recreo. Pero hay muchas: San Gervasio, en Azul; Los Principios, Bessonart o San Martín, en San Antonio de Areco, Beladrich en San Pedro, El Torito en Baradero, y las “súper famosas”, como La Blanqueada, en San Antonio de Areco, que aparece en “Don Segundo Sombra” y fue declarada Monumento Histórico y convertida en museo. O la pulpería de Cacho, en Mercedes, construida en 1830 con su mostrador de estaño y madera y una gran salamandra.
www.pulperias.org / www.buenosaires.tur.ar
Si bien también hay rutas del vino en Salta, Tucumán, La Rioja, Neuquén y San Juan, entre otras provincias, este recorrido enológico alcanza su máxima expresión en Mendoza, una de las regiones productoras más importantes del mundo, con su capital como parte del selecto grupo “Great wine capitals”.
En Mendoza hay más de 1200 bodegas que producen casi diez millones de hectolitros de vinos al año, lo que la convierte en el centro vitivinícola más importante de Argentina y Sudamérica.
Un circuito por el territorio de la milenaria cultura guaraní, entre la tierra colorada y el río Paraná, con ruinas jesuíticas, saltos de agua, estancias, hitos históricos y reservas naturales.
Son 300 kms entre Posadas y Puerto Iguazú, pasando por el Peñón de Teyú Cuaré; Candelaria (donde recaló Manuel Belgrano en 1810 durante su expedición militar a Paraguay), las Ruinas de San Ignacio y el yacimientos de piedras semipreciosas minas de Wanda, para culminar en las Cataratas del Iguazú.
Corrientes y Misiones son las provincias que escriben los trazos de estas rutas que vinculan a los numerosos productores, molinos y restaurantes, con los alimentos típicos de la región y sus atractivos turísticos.
El trayecto de las rutas va siguiendo las aguas del Uruguay, desde Gobernador Virasoro, en Corrientes, hasta Alem, en Misiones. Los turistas acceden al proceso productivo, a los molinos yerbateros, a museos y a los mejores consejos sobre el consumo. Los establecimientos rurales completan la propuesta con un aire jesuítico.
Grandes paisajes y una espectacular demostración de fauna, en un recorrido que sigue el curso de la Ruta Nacional 3 desde Camarones, en el sur de Chubut, hasta Río Gallegos, en el sudeste de Santa Cruz, y que bien podría llamarse “La ruta del mar”, porque casi todo el circuito va mirando al océano.
Poco más de 1.000 km que unen sitios como los parques marinos Patagonia Austral –en el Cabo Dos Bahías, margen norte del Golfo San Jorge–, la Isla Pingüino –con la única reserva continental de pingüinos de Magallanes–, la reserva Makenke –en Puerto San Julián– y el Parque Nacional Monte León –al sur de Puerto Santa Cruz–, además de la ría de Puerto Deseado –que maravilló al mismísimo Charles Darwin–, el bosque petrificado Jaramillo y la playa y lobería de Rada Tilly, entre muchos otros otros. Un recorrido que permite avistar gran variedad de aves, lobos y elefantes marinos, toninas, delfines, orcas y ballenas, según la época, además de guanacos, choiques y liebres.
www.chubutpatagonia.gob.ar / www.santacruz.tur.ar
La Compañía de Jesús llegó a la provincia de Córdoba en el año 1559 y permaneció hasta el año 1767, cuando fue expulsada por Carlos III de España. En ese periodo, Córdoba fue capital de la provincia jesuítica del Paraguay, que incluía los territorios de la Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil y Bolivia.
Un circuito por el centro de la capital y cinco establecimientos rurales conforman el recorrido por el legado que dejó la orden religiosa de la Compañía de Jesús y por leyendas y vestigios de una buena parte de la historia del siglo XVII.
El “Camino de las Estancias Jesuíticas” es un itinerario turístico cultural que suele iniciarse en la Manzana Jesuítica de Córdoba, un conjunto de edificios que incluye, entre otros, la Iglesia de la Compañía, el antiguo Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, la Biblioteca Mayor y el Colegio Nacional de Monserrat.
Es uno de los circuitos más sorprendentes de la Argentina, son 516 kms por el noroeste Catamarca, donde están Los seismiles, los 14 picos de más de 6.000 metros sobre el nivel del mar, casi en la frontera con Chile y con la combinación de pequeños pueblos y fantásticos paisajes.
El camino transcurre por la ruta 60 hasta el Paso de San Francisco. El primer gigante que aparece es el monte Pissis, en la frontera entre Catamarca y La Rioja, que con 6.793 metros, es el volcán inactivo más alto del mundo y la tercera cumbre más alta de América luego del Aconcagua y del Ojos del Salado (6.893 m), otro protagonista de esta ruta.
Península Mitre es uno de los sitios más remotos e inhóspitos de la Argentina, donde han ocurrido una gran cantidad de naufragios. Se estima que se produjeron cientos de naufragios en la zona.
El principal de los naufragios es el del Desdémona, un carguero construido en Hamburgo en el año 1952 que quedó varado en las costas del cabo San Pablo. Se puede visitado cuando baja la marea.
Otro naufragio destacado es el del vapor Sarmiento, que en año 1912. Los restos recuperados se exhiben en museos de Ushuaia.
El Duquesa de Albany naufragó en el año 1893 frente a las costas de la estancia Policarpo.
Se llega en helicóptero o con excursiones a caballo de varios días.
Desde el Alto Valle de Río Negro, hasta cerca de Neuquén capital, los atractivos para los turistas son los vinos, manzanas, peras y dinosaurios. Durante varios kilómetros se pueden conocer bodegas, plantaciones de peras y manzanas y sitios arqueológicos muy destacados en el mundo.
La Ruta del Vino recorre varias bodegas en Neuquén, como Fin del Mundo, NQN o Familia Schroeder, y otras en Río Negro como Agrestis, Domaine Vistalba o la tradicional Humberto Canale, de 1913.
Es una organización que reune a artesanos que trabajan en sus talleres y telares en el valle de Tafí. Cuenta con un salón de exposición y venta, donde se brindan talleres de capacitación. Las artesanas trabajan con lana de llama y oveja en sus talleres que también se pueden visitar.
Diseñan y confeccionan a mano piezas originales para la decoración, juguetes e indumentaria.
En los Valles Calchaquíes salteños se encuentra una gran cantidad de casas de adobe y techo de paja, en los que se puede ver a los artesanos trabajando.
A lo largo del camino se pueden encontrar diferentes productos como frazadas, alfombras, tapices, fajas y telas, hiladas a mano y hechas con lana de oveja, de llama y en algunos casos de vicuña. En Seclantás funciona una feria permanente los fines de semana.