Cruzar de Bariloche a Puerto Varas a través de los lagos, entre bosques, los parques nacionales, las montañas, los volcanes chilenos y la selva Valdiviana.
En un emprendimiento dentre empresas de Argentina y Chile, surgió esta travesía con el nombre de Cruce Andino, partiendo desde ambas ciudades y regresando al punto de partida.
Navegar por los lagos de la Cordillera de los Andes, es una experiencia imponente, rodeados de montañas y con aguas cristalinas.
Es un viaje que se puede realizar durante todo el año, pero en los meses de primavera y verano es cuando se puede disfrutar de las caminatas, el sol al navegar y las playas de los lagos.
Este Cruce Andino cumple 100 años, uniendo tres lagos (dos en territorio argentino, uno en chileno), con trayectos terrestres por la selva cordillerana.
Partiendo desde Bariloche, el viaje comienza desde Puerto Pañuelo, navegando por el azulado y profundo Nahuel Huapi para llegar a Puerto Blest. La primer parada, es de 1 hora aproximadamente.
En el Nahuel Huapi, se pasa por delante de la isla Centinela, donde descansan los restos del Perito Moreno junto a su esposa e hijo. Fue casi un héroe en la región, que además donó 3 leguas de tierra para la creación de este Parque Nacional y creó la conciencia de la necesidad preservar la flora, la fauna y la tradiciones culturales indígenas para las futuras generaciones.
Ya en Puerto Blest es dificil encontrar señal de celular, no hay wi-fi y solo resta disfrutar de la naturaleza, el lago, las montañas, el río y el silencio.
En Blest se puede conocer el Hotel Puerto Blest, un hotel recientemente reinaugurado y reciclado, con una construcción que data del 1940, y la historia cuenta que en ese lugar estuvo alojado en Che Guevara cuando atravesó el Nahuel Huapí en el catamarán de madera Modesta Victoria, llevando su motoneta a bordo.
Además, se pueden hacer caminatas por los alrededores, paseos en bicicleta, disfrutar de la playa y visitar la Cáscada de los Cántaros.
Para llegar al Lago Frías hay que hacer 3 kilómetros, que se pueden hacer en en ómnibus, o una caminata por la Selva Valdiviana, bordeando el río Frías.
El destino es Puerto Alegre, un pintoresco muelle donde se toma la lancha para atravesar durante 20 minutos el Lago Frias, que algunos consideran el más lindo del viaje por su agua espesa color verde petróleo producto de la leche glaciaria, y por el paisaje rocoso y montañoso que lo circunda.
Desde lejos se puede ver el Cerro Tronador por donde pasa el límite fronterizo entre Argentina y Chile.
Al atravesar el lago se llega a Puerto Frías, donde se hace migraciones argentinas y la travesía queda a disposición del guía chileno.
Desde allí otro omnibus atraviesa la selva tropical Valdiviana, un ecosistema con 4000 especies, entre ellas los alerces, arrayanes y colihues. Entre montañas, el camino bordea el río Peulla, que lleva a la aldea ecológica del mismo nombre donde viven 200 personas.
A pocos metros, se hace migraciones en el paso Vicente Pérez Rosales para entrar a la comuna de Puerto Varas, ya en Chile.
Esta es zona de volcanes, ya se pueden ver el volcán Calbuco, el Osorno y el Puntiagudo.
Aquí hay que volver a subir al catamarán para una travesía de una hora y media por el lago de Todos Los Santos, para llegar a Puerto Varas. La ciudad fue fundada en el año 1854 por Vicente Pérez Rosales.