De la cosecha a la cata, los turistas participan en cada etapa del vino
En el señorial ingreso a uno de los hoteles cinco estrellas de Mendoza, cuatro turistas de Estados Unidos se colocan el casco, se acomodan las medias y ajustan los cordones de sus zapatillas antes de subir a sus bicicletas de alquiler. El guía los conduce hasta un camino rural para introducirlos en un viñedo y descubrir juntos, paso a paso, cómo el vino crece en la viña y nace en la bodega. Este ritual por los caminos del vino es realizado por 4 de cada 10 turistas que visitan Mendoza.
Creciendo junto al vino; cosechando ilusiones, desbrote de primavera y picnic entre los viñedos son algunos de los programas para turistas de la bodega Norton. "El tour clásico ya no va más. La idea es degustar el vino en cada paso de su elaboración", dice la gerente de Turismo de la bodega, Clara Argerich. Los visitantes prueban la uva en los viñedos y después degustan los vinos en los tanques de acero inoxidable donde fermenta el caldo, en su paso por las barricas de madera y cuando duerme embotellado en la cava. La visita es orientada por un guía bilingüe y algún técnico de la bodega. Al final, todos reciben alguna copa de regalo y pueden comprar vinos para llevar a casa.
En Luján de Cuyo las bodegas se esmeran por diferenciarse. La semana pasada, por ejemplo, Chandon organizó una salida especial para presenciar la primera cosecha en el viñedo más alto de Mendoza: a 1.557 metros de altura, en la finca El Peral del valle de Tupungato.
Galardonada por la Red Globales de las Grandes Capitales del Vino, Bodega Zuccardi es una de las pioneras en desarrollar proyectos de enoturismo. Esta bodega de Maipú, ya impuso el clásico Vení a cosechar, entre el 15 de febrero y el 15 de abril de cada año, durante la época de Vendimia. Bajo la supervisión de un ingeniero agrónomo, el turista recibe una tijera de poda, un delantal y una balde para realizar la tarea del vitivinicultor. Los racimos cortados en las viñas son trasladados a la bodega para incorporarlos al proceso de vinificación. Los viñateros por un día reciben su paga: un almuerzo típico de campo, en el restaurante de La Casa del Visitante, ubicado en el medio de los viñedos.
"En nuestra bodega la gente viene a divertirse", afirma Ana Amitrano, propietaria de bodega Familia Zuccardi. Es la responsable de haber conseguido que 35 mil turistas pasen el año pasado por su bodega: "aquí aprenden, interactúan con el proceso de elaboración del vino y disfrutan de un almuerzo", dice Amitrano. Y no dejó de sorprenderse cuando descubrió esta semana que una familia de turistas porteños decidió pasar en su bodega, dos de sus cuatro días en Mendoza.
Fuente: Clarín
http://www.clarin.com/diario/2010/02/22/sociedad/s-02145015.htm