La R.N. 9 sigue camino ascendente hasta Huacalera, el establecimiento colonial más antiguo de la quebrada, donde existen varios yacimientos arqueológicos y edificaciones del siglo XVII junto al curioso monolito que indica el cruce del Trópico de Capricornio. A casi 3000 m.s.n.m., la posta siguiente es Uquía, también escenario de reservas arqueológicas, ruinas y pircas de una población indígena prehispánica asentada en Peñas Blancas y el rojísimo cerro Las Señoritas, paso previo al fin del itinerario: Humahuaca.
Humahuaca es la ciudad cabecera y de mayor población de todo el territorio, y una suerte de resumen de todo lo vivido hasta aquí. Las casas de adobe y las calles estrechas dominan su pueblo adoquinado, con lugares que hablan de la historia reciente y antigua por igual. La plaza de la Independencia muestra al colosal indio de hierro apoyado en imágenes de los hombres que libraron aquella batalla: “Acá se recuerda que nuestro general (Manuel Belgrano) vistió los cardones como soldados y así asustó a los realistas”, cuenta Mario, un humahuaqueño de 14 años que acompaña a su madre a vender cerámicas, haciendo de guía y cantando unas coplas con su cajita con igual talento.
Comidas regionales como el locro, humitas y tamales no faltan en las peñas, siempre dispuestas a introducir a los invitados en la magia de la zamba, el ardor de la chacarera y la alegría de la saya. Esos y otros ritmos realzan la belleza de las mozas jujeñas y sus trenzas, y la destreza de los bailarines del pago, que a puro zapateo y mudanzas intentan conquistarlas. Para completar el abanico musiquero hay que llegar en época de carnavales aquí también, y entonces sentir en toda su expresión la celebración de la quebrada en el mes de febrero, cuando los ritmos son acompañados por las creencias y las vestimentas típicas. Finalmente la visita a la casa del maestro Ricardo Vilca, el entrañable músico andino que difundió sus ritmos en el mundo, es un imperdible local: cuando “La magia de mi raza” se enciende por las tardes-noches, se lo recuerda con la banda que supo ser dirigida por este fantástico cantante y compositor jujeño. Así es posible conocer uno de los legados históricos que ha permanecido en estas tierras como un documento inalterable, y al que es necesario regresar cada tanto.
Fuente: Página 12 Turismo