La Ruta Nacional Nº 34 nos conduce a las Yungas jujeñas, espacio de contrastes y leyendas. Dueñas de una amplia gama de microclimas y de variados y diferentes pisos de vegetación, conforman un ambiente único en el bioclima de Jujuy.
En las ciudades de La Mendieta, La Esperanza y Libertador General San Martín se encuentran emplazados modernos ingenios azucareros y establecimientos de producción de frutales y citrus que, en algunos casos, pueden ser visitados.
Su principal referente, el Parque Nacional Calilegua, con sus 76.306 has. de nuboselva, es uno de los ambientes protegidos de mayor biodiversidad del norte argentino, conjuntamente con la Reserva Provincial Las Lancitas. Algunas especies animales preservadas y en serio peligro de extinción, como el yaguareté, el huemul y el lobito de río, se mezclan entre la frondosa majestuosidad de su vegetación con una gran variedad de especies arbóreas (cedro, tipa, cebil, palo amarillo, etc.) que invita al misterio y al asombro.
Después de atravesar el Parque Nacional Calilegua por la Ruta Provincial N° 83, se arriba a los pueblos de San Francisco, Pampichuela, Valle Grande, Valle Colorado y Santa Ana, que tienen un gran potencial turístico y que son dignos de ser visitados.
Al este de esta región, los pueblos de Caimancito y Aguas Calientes, protegidos por el eterno verde, dejan fluir desde sus entrañas terapéuticas aguas termales, que son parte de las muchísimas riquezas naturales que aquí existen y complementan la inmensa variedad de fauna y flora.
Lugares como el Abra de los Morteros, El Fuerte y Villamonte son ideales para realizar turismo alternativo, trekking y cabalgatas por senderos que lo internarán en la selva virgen y atrayente donde, en compañía de gente experimentada, podrá apreciar una innumerable variedad de aves y sentir la sensación inolvidable de la aventura.
Las Yungas son un refugio de máxima pureza que ofrece, por sobre todo, el éxtasis de lo auténticamente virgen y natural.
Fuente: Gob de Jujuy