Es una escultura de 12,50 metros de alto, ubicada en el centro Villa Elisa y es la obra más representativa de la ciudad.
Representa el espíritu progresista del fundador y de los primeros colonos inmigrantes que vinieron a estas tierras a sembrar su futuro.
Fue realizada por el pintor y escultor Andrés Mirwald, e inaugurada en noviembre de 1993.