La Casa de Aedo es la más antigua de Gualeguaychú, de los primeros años del siglo XIX.
La casa funciona como museo y muestra la fundación de Gualeguaychú y el asalto de Giuseppe Garibaldi, que saqueó la ciudad.
Se puede visitar el mobiliario antiguo y objetos que fueron propiedad de la familia.
El lugar más curioso del circuito histórico es la Azotea de Lapalma, también museo. En sus paredes encierra una historia de amor y misterio.
Isabel Frutos era la sobrina de los dueños, es conocida como "la niña que murió de amor". La leyenda cuenta que se había enamorado de un joven de una clase social más baja, su padre se opuso, entonces ella se mudó a esta casa y "se dejó morir".
Esta tragedia familiar continuó hasta que la casa quedó en ruinas, cuando su última dueña pasó décadas en el lugar y desde la calle se la podía ver caminar por la planta alta. La casa en ruinas y la mujer sola despertó el mito de la casa embrujada.
Muchos creían que lo que veían era el fantasma de Isabel con su vestido de blanco.
Hoy muchos se persignan al pasar frente a la casa.