La Cumbrecita es un poblado peatonal de corte centroeuropeo, con calles de tierra y frondosas arboledas, con apenas 850 habitantes es ideal para caminar y relajarse.
Está construido sobre la ladera de un cerro a 1.450 metros de altura, convertido en un centro turístico con la particularidad de conservar la esencia con la que nació: ser un lugar natural, al resguardo de ruidos, en el que las caminatas son la principal actividad.
Es el único pueblo peatonal de la Argentina, donde una reglamentación comunal establece la restricción para la circulación de autos, las veredas no existen. Hay una sola calle de tierra que recorre el casco céntrico y luego se va bifurcando hasta convertirse en senderos que recorren el pueblo en medio de la vegetación boscosa de pinos, donde predomina el abedul.
A través de un puente peatonal de madera, se atraviesa el Río del Medio, para encontrarse del otro lado con diferentes comercios gastronómicos, de artesanías, hoteles y complejos de cabañas construidos según la arquitectura centroeuropea alpina, con techos de madera a dos aguas.
En el año 1934, el ingeniero alemán Helmut Cabjolsky recorrió a caballo un sendero por las Sierras Grandes de Córdoba, pensó que ahí podría construir un pueblo alpino. Y así, surgió La Cumbrecita en estas desoladas 500 hectáreas con poca vegetación.
La mejor manera de conocerla y descubrirla es a pie y existen diferentes paseos para cada grado de exigencia física.