Fue declarado Lugar Histórico a la traza del Antiguo Camino Real que utilizó la expedición que Jerónimo Luis de Cabrera encabezó en 1573 hasta fundar la ciudad de Córdoba, y en la época colonial se convirtió en la ruta entre los virreinatos del Río de la Plata y del Alto Perú.
La decisión del Gobierno cordobés abarca el trazado, que se conserva tal como era antiguamente, entre la ciudad de Jesús María y el límite con Santiago del Estero, de unos 176 kilómetros de extensión, que enlaza estancias y templos fundados por los jesuitas.
Esta antiquísima vía de comunicación, que pasó a integrar los circuitos turísticos que Córdoba pone a disposición de los visitantes, pasó a ser ahora un área de protección con una zona de «amortiguamiento» de 500 metros de cada lado, según lo establecido por la ley provincial 9883.
El camino se inicia en Jesús María (50 kilómetros al norte de Córdoba capital) y tras interconectar las localidades de Villa del Totoral, Villa Tulumba, San Pedro Norte y San Francisco del Chañar, entre otras, llega hasta el límite con Santiago del Estero.
Entre 1599 y 1767 los jesuitas erigieron en ese tramo postas, templos y estancias, como la capilla de Jesús María, hoy convertida en Museo Jesuítico Nacional. También está la Casa Histórica de Caroya, construida en 1616 en una propiedad de Ignacio Duarte y Quirós, la que en 1814 se transformó en fábrica de armas blancas por el ejército independentista.
Unos kilómetros más al norte se encuentra la Posta de Sinsacate, que era utilizada por los jesuitas de la zona y consta de una capilla y varias habitaciones para alojar a viajeros, y ahora es un museo.
El primero en transitar esa senda, luego denominada Camino Real, fue De Cabrera, quien en 1573 encabezó una expedición desde Santiago del Estero que llegó hasta las márgenes del río Suquía, el sitio elegido por el conquistador español para fundar la actual capital cordobesa.