Su estructura presentaba una serie de elementos aptos para la defensa que se convertían en un verdadero fortín. Se comenzó a construir en 1832 y se desarrolló hasta 1869 en los terrenos que actualmente sirven de asiento a la Plaza Roca y a varias propiedades circundantes. La plaza fue el reducto interior de su fortificación, perimetrada por edificios militares, civiles, religiosos y particulares (cuarteles, despachos, capilla y viviendas) que daban su espalda al exterior y abrían sus puertas a un espacio cerrado que brindaba amparo al vecindario coronando el conjunto la sencilla arquitectura de La Comandancia en la cual hoy funciona el “Museo del Desierto”.