Villa Gesell es una de las ciudades de la costa atlántica que más creció en los últimos años. Cincuenta balnearios, alternativas de alojamiento, entretenimiento y una gran vida nocturna, especialmente elegida por adolescentes y jóvenes de todo el país, son las características principales de la localidad. Aunque la villa es visitada por numerosas familias con hijos de corta edad, en años recientes los jóvenes comenzaron a dominar la escena nocturna transformándola en un ambiente de diversión que se repite noche a noche en las confiterías, pubs y boliches que se reparten por toda la geografía.
Algunos de los lugares tradicionales para visitar son el chalet donde vivió Don Carlos Gesell, fundador de la villa, que fue convertido en un centro cultural y que se encuentra junto al Museo y Archivo Histórico Municipal. Allí, se pueden encontrar exposiciones, una biblioteca especializada en geografía local y regional, y un importante archivo fotográfico y documental. Este espacio está dentro de la Reserva Forestal Pinar del Norte, un ámbito de 15 hectáreas donde los asistentes conocen las características y la historia del lugar desde sus orígenes hasta el presente a través de fotografías y datos de la vida de Carlos Gesell. Además, en la reserva se pueden observar distintos tipos de aves y una gran diversidad de especies vegetales que Gesell adaptó al suelo arenoso en la década del 30.
Otro punto neurálgico es la Avenida 3, donde se concentra la mayor actividad comercial, hotelera y gastronómica, y la conocida feria de artesanos integrada por más 100 puestos. También el balneario ofrece la posibilidad de realizar actividades al aire libre como cabalgatas, paseos por el bosque y la práctica de deportes náuticos.
Una visita que no hay que perderse es al faro Querandí, ubicado a 20 kilómetros al sur, un lugar especial al cual se puede acceder solamente a caballo o en vehículos de doble tracción y que está enclavado en la playa. Una vez allí, el visitante se encuentra con una majestuosa reserva dunícola de más de cinco mil hectáreas.
Si bien la ciudad ha avanzado, los habitantes estables de la villa buscan mantener la forma de vida y los hábitos que sostienen durante la mayor parte del año. El encanto de las calles, las largas caminatas por los pinares y el respeto por la naturaleza representan un legado que los lugareños mantienen vivo en cada momento, al igual que las ideas de vida del pionero Gesell que vio en estas tierras un lugar con todas las potencialidades para ser la ciudad que hoy miles de personas visitan durante al año.
Fuente: La Capital Turismo
http://www.lacapital.com.ar/ed_turismo/2010/1/edicion_63/contenidos/noticia_5291.html