El edificio de la Estación, el galpón de maquinas y el de cargas, como así también el cambio de dirección de locomotoras son los únicos signos de vida que aun hoy se conservan.
Enfrente a la estación encontramos la calle más antigua de la ciudad, hoy Avenida Ituzaingó, donde despega la futura ciudad y el lugar de establecimiento de inmigrantes de diversas nacionalidades, fundamentalmente de españoles e italianos.
Fue muy importante el auge que el ferrocarril le dio a la ciudad, y persisten aun en estos días, varias edificaciones centenarias de ladrillos que conservan ventanas con rejas, adobe, y antiguas casas chorizos.
El último viaje con pasajeros se realizó en Noviembre de 1989. Actualmente sólo pasan algunos trenes de cargas.
Palenques de argolla, declarados de interés histórico en el año 1991 por una Ordenanza del Consejo Deliberante, fueron utilizados a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Están identificados con placas que fueron colocadas por el Museo Mulazzi