Monte Hermoso está a 630 kms de Buenos Aires y a 80 kms de Bahía Blanca, encontramos un balneario distinto y tranquilo donde ya invirtió Emanuel Ginóbili.
Si bien, Monte Hermoso no tiene tanta difusión como otros balnearios de la costa argentina, quienes lo visitan siempre regresan atraidos por la belleza y tranquilidad de sus costas, y más características propias que lo hacen único.
Es uno de los pocos lugares de la costa atlántica argentina, donde el sol nace y se pone en el océano.
El balneario surgió un poco por azar cuando dos familias compraron allí tierras en año 1897. La familia Dufau (de origen francés) y la familia Culeston (de origen inglés).
De la mano del ingeniero Esteban Dufau, se construyó El Recreo Viejo, la primera estancia muy cerca de la costa, pero unos kilometros adentro, a orillas de la laguna del Sauce.
La segunda estancia se llamo El Recreo Nuevo, que luego se dividió en 2 estancias. Una de ellas se llamó La Loma, es lindera al puente de la entrada al pueblo, y aún hoy puede verse.
Tierras sin camino donde todo llegaba por el océano, y fue desde el mar que surgió lo impensado: la madera para construir un hotel.
El 31 de marzo de 1917, una noche de viento y lluvia, cargado de madera navegaba el barco velero norteamericano Lucinda Sutton. Iba rumbo a Bahía Blanca proveniente de Brasil por el canal de navegación cuando la tormenta lo acercó hacia la costa. Una vez encallado, el capitán decidió tirar su cargamento en las de la estancia La Loma.
Donde siempre hubo solo médanos, la familia Dufau imaginó su proyecto turístico y construyó el Hotel Balneario Monte Hermoso., con una vista increible del oceano.
Se inauguró el 1ro de enero del año 1918, este hotel que hoy sería catalogado como de 4 o 5 estrellas, con 40 habitaciones con baños públicos (costumbres de la época) y un frente de 140 mts mirando el mar. Contaba con luz eléctrica con un generador propio.
El hotel trajo gente de todos lados, de Bahía Blanca, Coronel Dorrego, las ciudades de la serranía bonaerense y hasta de la ciudad de Buenos Aires llegó para veranear allí.
Fué recien en el año 1942, cuando la provincia de Buenos Aires aprobó el diseño del tejido urbano y comenzaron a venderse las primeras parcelas.
En el año 1958, el hotel cerró definitivamente, ya que la arena avanzó sobre el hotel, hasta el techo.