Diciembre inicia una nueva temporada veraniega donde la playa es la protagonista de las vacaciones y las escapadas. La costa atlántica ofrece un abanico de alternativas, desde los destinos clásicos hasta tranquilos balnearios con todo el encanto de pequeñas villas junto al mar.
Las playas argentinas a orillas del Atlántico tienen su encanto, los destinos clásicos son Mar del Plata, Pinamar, Miramar o Villa Gesell, y otros tantos pequeños balnearios que ganan adeptos año a año, como Mar de Cobo, Las Gaviotas o Santa Clara.
Miramar es el destino más tradicional y con estructura de ciudad si se arranca desde el sur de la provincia. Perteneciente al partido de General Alvarado, que comprende a su vez la creciente villa balnearia de Mar del Sur, la “Ciudad de los Niños”. Con una completa agenda de actividades, la ciudad no se detiene.
Para los turistas inquietos, hay paseos en cartings, cuatriciclos y cabalgatas en la mayoría de los balnearios de la zona.
Mar del Plata es la reina de la costa, con el mayor caudal turístico de la costa. La cita obligada se dá en el Puerto, inaugurado en el año 1922 y con una rotonda de paradores para degustar todo tipo de mariscos: camarones al ajillo, langostinos al natural, mejillones en su cáscara y otras exquisiteces como calamares en escabeche, rabas, cornalitos, calamaretis, salmones grillados y paellas a la española entre otras exquisiteses.
Villa Gesell es el pueblo que hace honor al Loco de los médanos, fundador de sus calles, bosques y, sobre todo, un férreo legado conservacionista. Gesell es un lugar tranquilo, limpio y arbolado.
Mar de las Pampas conserva un paisaje agreste, escondido, que crece año a año en visitantes y servicios, llegando a ser un destino glamoroso como Cariló o Pinamar.
El destino exquisito es Pinamar con su bosque y sus médanos, donde reina la tranquilidad y misterio.
Mar de Cobo es el balneario que apenas tiene la avenida de entrada asfaltada y senderos de arena zigzagueantes al son de los acantilados, con pocas casas de madera con enormes ventanales de cara al mar.
Villa Gesell y un mar de dunas para divertirse practicando sandboard.