La nueva Ruta del Queso abre las puertas de los establecimientos De la zona y devela sus más exquisitos secretos.
Los amantes del queso encontraron su lugar en el mundo: una ciudad con tradición lechera donde, desde hace unos meses, los productores de quesos y embutidos de la zona decidieron agruparse y conformar un circuito llamado La Ruta del Queso .
Este paseo está a menos de dos horas de la Ciudad de Buenos Aires. Entre los km 114 y 130 de la Ruta 5, en la ciudad de Suipacha, se localiza este entretenido recorrido que nuclea a productores que ofrecen sus especialidades para degustar y además explican el proceso de elaboración de quesos y embutidos.
El circuito también incluye emprendimientos que exceden La Ruta del Queso: se puede visitar, por ejemplo, un elaborador de embutidos, un criadero de jabalíes, una plantación de arándanos, una granja, locales de antigüedades, un restaurante y hosterías donde tomar una buena merienda o pasar la noche. En plena etapa de desarrollo, la Ruta del Queso aún suma establecimientos que quieren darse a conocer. Todos los carteles sobre la ruta y los folletos que se entregan en la zona tienen una imagen de marca de La Ruta del Queso.
El paseo se puede hacer de manera individual, con traslado propio, o con una visita guiada. En el primer caso, el viajero decide qué lugares visitar –en cada uno tendrá una pequeña degustación de productos–, pero conviene tener en cuenta los horarios de apertura de cada establecimiento y consultar si tiene visitas guiadas. Toda esta información está concentrada en la web www.rutadelqueso.com.ar Otra alternativa es contratar una visita guiada que ofrece el circuito ya armado con dos alternativas: un paseo de todo el día para los sábados (desde $ 180, con visitas, almuerzo y merienda; no incluye traslado desde Buenos Aires, pero se puede gestionar) o una escapada de dos días y una noche (desde $ 450, con alojamiento incluido).
En las queserías Cabañas Piedras Blancas y Fermier, se explica el proceso de elaboración del queso y se prueban algunas de sus más exquisitas especialidades: de cabra, de oveja, camembert, brie, rebleusson (una excelente versión del Reblochon francés), goya, pepato, crottin, dambo, criollo ahumado y saborizados, romanito, raclette y tantos más.
Si el grupo es reducido y algún visitante se anima, en Cabañas Piedras Blancas, puede ponerse las botas y ropa higiénica descartable para entrar a la planta y observar el proceso de cerca. En Fermier también se puede visitar el tambo.
Entre la visita a las queserías vale una parada en La Pomarola para almorzar. Su carta es variada e incluye platos de parrilla, pastas (se destacan los raviolones negros con mousse de atún y salsa de camarones), sandwiches y pizzas.
Hasta aquí, el viajero ya habrá comido y probado una gran variedad de exquisiteces, pero debe hacerse un “lugarcito” para los embutidos que hace La Posta.
Huchy Kelly, el dueño, explica cómo funciona esta industria y ofrece algunos de sus productos para degustar, entre los que se destacan el queso de cerdo, morcilla, bondiola, panceta, costillar arrollado y salame quintero (con o sin tripa).
En el circuito guiado también se puede visitar un criadero de jabalíes, que elabora diversos productos. Todos son muy sabrosos, aunque el frasco de jabalí ahumado en aceite es imperdible.
Mientras explica que su objetivo es hacer que la carne del jabalí sea más conocida en la Argentina, Ernesto Beuille, dueño del criadero “La Escuadra”, muestra su otra pasión, los carros fileteados.
Imperdible una visita a Il Mirtilo, donde se pueden cosechar arándanos –noviembre y diciembre– o trabajar la tierra y aprender sobre estos frutos, de sabor intenso. En el predio hay más de 31.000 plantas y el horario de visita es sábados y domingos de 10 a 13 y de 16 a 19, en temporada de cosecha. De enero a noviembre, sábados de 10 a 13 (domingos, consultar). Un consejito: si le ofrecen probar licuado de arándanos, no se resista. ¡Es exquisito! Ultima parada, antes del regreso a Capital. En la Hostería Aruma, una suculenta merienda aguarda a los visitantes.
El viajero puede encontrar todas las especialidades de La Ruta del Queso en la entrada a Suipacha. Allí, un local agrupa los productos de cada lugar visitado y algunos más de zonas aledañas. Por eso, a la hora de regresar llega el momento más difícil de todo el recorrido: elegir qué llevarse a casa.
Entre sabores y aires de tranquilidad transcurren los días en Suipacha, donde el mundo gastronómico abre sus puertas y se muestra dispuesto a contar sus secretos más exquisitos.
Fuente: Clarín
http://beta.clarin.com/viajes/Suipacha-aventura-sabor_0_266973471.html