La Isla Martín García se encuentra en la desembocadura del Río de la Plata y donde Sarmiento quiso fundar la capital de un estado inexistente: los Estados Unidos del Plata.
La isla jamás fue capital, sí fue lazareto, una cantera mineral y un presidio.
Allí fueron desterrados los presidentes Perón y Frondizi en calidad de presos políticos.
Cerca de 50 familias viven en la isla, y aunque hoy la isla parece con pocos habitantes, es muy visitada por los turistas durante todos los fines de semana.
Los senderos de piedra parecen abandonados, algunos devorados por la abundante vegetación.
Martín García también guarda un misterio, su cementerio de cruces inclinadas. Hay muchas teorías que hay dando vueltas, algunos aducen que los sepultados no murieron en gracia de Dios, o quizás es el enterratorio de una secta, o el emblema de quienes sucumbieron lejos de su patria, o quizás de una maldición que doblegó los brazos del crucificado.
Lo cierto, es que las cruces torcidas dan que hablar a quienes las visitan.
En la parte norte, se encuentra la isla Timoteo Dominguez, que es una suma de remotos desprendimientos que arrastra el río. Hoy las separa la nacionalidad, ya que Martín García-Timoteo Domínguez es la única frontera seca entre Argentina y Uruguay. Una frontera terrestre trazada en medio del río.