El Río Luján, vierte sus aguas en el Paraná. Este río avanza en meandros que tuercen a menudo su curso y le obligan a gastar costas por un lado y a rectificar otras. El Luján es un río joven, sometido a las presiones del Paraná. Cuando sus aguas suben por esa razón, inunda su zona de influencia hasta el pie de las barrancas y como lo invade todo, se origina un pintoresco mar, pero que obliga a desalojar la hacienda que comúnmente pastorea allí.