Como en toda ciudad diseñada según el modelo hispano, frente a la plaza principal, en la calle Eugenia Tapia de Cruz (ex Real) 524, se encuentra la Iglesia.
A fines de 1884, se obtiene autorización para la construcción del templo, pero no siendo posible la construcción de uno de material, se levanta una iglesia de madera de tres naves. Doña Eugenia Tapia de Cruz, donante del terreno, fue también quien pagó el importe que costaba la misma y los gastos de traslado y construcción.
El 25 de Diciembre de 1887, se bendijo la Capilla “Nuestra Señora de Belén”. Debido al importante movimiento que comenzó a tener, se hizo imprescindible la permanencia de un sacerdote, a quien varios vecinos le asignaron una subvención económica y se solicitó la elevación de la Capilla a Parroquia con autonomía propia.
En 1896, el arzobispado comunica que a partir de esa fecha comienza a funcionar la Parroquia de Belén, en el pueblo de Escobar “Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo”, recomendando que se continúe con la celebración de la Fiesta de “Nuestra Señora de Belén”.
En Diciembre de 1903, previa conformación de comisiones para realizar colectas para la construcción de la nueva Iglesia de material, se coloca la piedra fundamental del nuevo Templo.
La Iglesia de material, fue librada al servicio público (faltándole mucho para estar terminada) en 1908. La antigua Capilla de madera fue vendida al Pueblo de Toro.
El nuevo Templo constaba de una sola nave de 35m. de largo por 10m de ancho e inicialmente poseyó 5 altares, hasta Diciembre de 1920 en que se removieron 2 por no guardar uniformidad con el estilo. Actualmente, posee un soberbio altar de mármol de carrara, con incrustaciones de ónix, del mismo estilo de la Iglesia. A los lados del altar Mayor, se alzan otros dos altares dedicados a la Purísima Concepción y a la Santísima Virgen de Luján. La puerta está compuesta por 2 hojas de cedro, texturada, con líneas geométricas rectas, de formato rectangular.
Posee un lenguaje arquitectónico ecléctico, con predominio de neogótico en la fachada. En 1942, se llevó a cabo en el altar mayor, una pintura religiosa en la nave del Templo. El trabajo fue realizado por Ricardo Resia y Hnos., de la Ciudad de San Fernando. Esta pintura mural representa la Ascensión de Jesús en la última aparición a los Apóstoles. Es de estilo renacentista, con una previa y calculada concepción de lo bello, del orden, la proporción, la armonía, la luz y la sensación de serenidad.
Descansan ahí los restos de Doña Eugenia Tapia de Cruz, donataria de las tierras donde este edificio se alza, fallecida el 15 de Agosto de 1888.