En el kilómetro 58 de la ruta 210, a 15 kilómetros de la localidad de San Vicente y a 60 de la Capital Federal, se encuentra Domselaar. Este pequeño pueblo de nombre holandés y tradición gaucha fue fundado el 14 de agosto de 1865, cuando se inauguró la estación ferroviaria dentro de los campos que don Bernardino Van Domselaar había cedido para que se tirara el trazado del Gran Ferrocarril del Sur.
Debido a su proximidad con San Vicente, Domselaar siempre funcionó como una de las localidades rurales anexas al municipio, y de ahí que pese a que el tren ya no corre siga resistiendo y progresando.
El aire de campo se respira en cada rincón de este poblado de casas bajas y gente amable, especialmente en la vieja estación de paredes blancas y verdes y techo colorado. También, en el viejo caserón conocido como Castillo Guerrero, la construcción de cuatro plantas de estilo colonial barroco realizada por don Carlos Guerrero a fines del siglo XIX que se levanta muy cerca del centro de la ciudad y que funciona como museo. Ahí, en sus viejas paredes abundan pinturas, esculturas, mobiliario antiguo, libros de época y más, y sus amplios jardines para una larga caminata.
Más cerca del centro, también merece una visita la capilla de Santa Clara de Asís, de estilo romántico y construida en 1875 que sobresale sobre el resto de los edificios más típicos que la rodean.
Fuente: La Nación Turismo
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