Camino paralelo al arroyo, en donde se podrán observar diferentes cascadas, las ruinas de la turbina de gallegos y las instalaciones de la escuela agrícola, un establecimiento educativo modelo que funcionó hasta la década del 60. por el mismo se puede llegar al viejo casco abandonado de lo que fue la estancia San Francisco de la familia Bellocq. El arroyo divide el barrio residencial Dunamar del resto de la localidad.
En un tramo de apenas 4,5 km. de extensión antes de su desembocadura en el mar ofrece un paseo con siete cascadas, de las cuales la ultima es la mas importante en cuento a su magnitud. A estos saltos de piedra se los puede recorrer navegando el río o bien por su camino vehicular.
El arroyo claromecó constituye un sitio muy propicio para la práctica de actividades tales como la navegación a remo, la pesca, así como recreación.