En un rincón de Belgrano, un arco abre la puerta al llamado Barrio Chino de Buenos Aires.
El arco de entrada se encuentra en la intersección de las calles Arribeños y Juramento. Instalado en 2009, mide once metros de alto y ocho de ancho, y está realizado con mármol a la vista, columnas de cemento y leones de piedra tallada, representando la cultura china.
El corazón del Barrio Chino son las dos cuadras de la calle Arribeños entre Juramento y Olazabal.
Esta pintoresca zona comenzó a formarse con la inmigración taiwanesa en la década de 1980. Es la zona donde se concentran restaurantes, supermercados y tiendas orientales: de decoración, de manga y animé, de hierbas y comida étnica. También existen dos templos.
En realidad, no se trata de un barrio netamente chino sino de una zona comercial donde conviven distintas culturas asiáticas. En efecto existe una cantidad importante de tiendas de otras comunidades orientales, por lo que algunos están comenzando a llamarlo barrio oriental por los locales de otros países asiáticos que se están emplazando en él. Un ejemplo es el restaurante japonés Dashi, al que se sumó un local de Lotus Neo Tai, de cocina tailandesa.