Con su imbatible paquete de playa + arboledas, el balneario al sur de Pinamar espera la temporada entre abundantes obras, más servicios y una seguridad reforzada
Quien por primera vez asoma por Cariló se preguntará qué sorpresas esperan más allá de ese estrecho acceso. El camino, desde su inicio en el límite con la ruta 11, da la bienvenida con el canto de los pájaros que van de aquí para allá entre pinos casi centenarios.
Lo que primero llama la atención son los chalets siempre amplios, coquetos y con parques más que prolijos. Unos metros más allá, el centro comercial, característico shopping a cielo abierto y con límites bien definidos para no alterar la paz, valor fundamental en el vecindario.
Y al final del recorrido, el mar, a un paso de esos complejos de cabañas y aparts cada vez más numerosos y confortables. A tono con un destino que sabe dar respuestas a turistas exquisitos.
Varios de esos flamantes emprendimientos prometen inaugurarse antes del inicio de la próxima temporada en el balneario que don Héctor Manuel Guerrero imaginó cuando aquí todo era arena y mar.
El fundador, no conforme con el verde de sus campos cercanos, desafió a la naturaleza y se propuso avanzar con esos tonos sobre la costa. Y así confió en aquellos brotes que repartió a lo largo y ancho de 1600 hectáreas que, poco después, anticipaban el vistoso bosque que hoy atrae a decenas de miles de turistas durante todo el año.
El crecimiento aquí ha sido constante durante las últimas dos décadas. En especial en materia de propiedades, tanto particulares como multifamiliares. Construcciones de calidad y estilo que conviven con calles de tierra y sin iluminación pública, para preservar la esencia del lugar. Así tomó forma un destino que cada vez encuentra más propietarios dispuestos a establecer aquí su residencia permanente.
Sólo durante este año, según datos recabados por La Nacion, hay unos 17.000 metros cuadrados de obra en construcción. Buena parte corresponde a viviendas particulares. Y el resto, también importante en volumen, a complejos de departamentos, cabañas y locales comerciales.
Sobre la primera línea de mar, allí donde casi no queda espacio libre, Samba Group planea inaugurar este verano el Sea Breeze, complejo de propiedad horizontal con servicios hoteleros que se completará a fines del año próximo con la habilitación de la torre Sea Point. Otro destacado es Club Cariló Playa, con 23 flamantes departamentos con vista al mar. Y el complejo Avutarda, sobre la calle homónima.
El centro comercial también se expande. El último verano fueron inaugurados los paseos Cilene Compras e Innsbruck. Ahora, antes de las Fiestas, recibirán a sus primeros clientes el Paseo Los Tipales, sobre la calle Castaño y con ocho locales de estilo moderno y decks a la calle. Y el Paseo Felicitas, con una construcción en distintos niveles y cinco locales donde funcionarán una peluquería, panificados gourmet, pastas artesanales y otras dos propuestas gastronómicas.
En el mismo circuito, otra vez sobre la calle Castaño, Feria del Bosque también se renueva y amplía su propuesta comercial con otros cinco locales. Se suman así a una tendencia de cambios que también había alcanzado en 2008 al tradicional Patio La Pulpería y al propio Centro Comercial, donde se habían habilitado nuevos senderos para la circulación peatonal.
El mercado inmobiliario celebra estas inversiones como los primeros indicios de lo que puede deparar el verano que cada vez está más cerca. "Ya hay más de un 40% de reservas confirmadas", asegura Silvia Melgarejo, titular de Constructora del Bosque. Los operadores del rubro confirman que los contratos acordados repiten valores del año anterior o, como máximo, registran subas del 10%. Además se percibe una alentadora demanda para febrero y, muy notoria por estos días, reservas para la última semana de diciembre, en particular en los aparts.
El balneario presenta otras mejoras. En 2008, la obra pública acercó una vieja demanda: la red cloacal. Ahora, ante el inminente inicio de una nueva temporada veraniega, la flamante Cámara Inmobiliaria de Cariló acaba de gestionar el desembarco de un cuerpo de policía montada para reforzar la seguridad. Como para que nada altere esa paz que don Guerrero, hace más de nueve décadas, soñó para este bosque.
Fuente: La Nación Turismo
http://www.lanacion.com.ar/1199608