Las propiedades terapéuticas del lago Epecuén transforman a Carhué en un atractivo destino termal y recreativo.
Carhué es una tranquila ciudad de la pampa de la provincia de Buenos Aires, que tiene una rica historia para compartir con sus visitantes, muchas bellezas arquitectónicas y variadas actividades para toda la familia.
Uno de los atractivos del lago Epecuén son sus aguas hipersalinas. La salinidad del agua supera a la del mar, es sólo se equipara a la salinidad del Mar Muerto, cuenta con propiedades curativas.
La ciudad cuenta con una variada oferta de hoteles, y muchos cuentan con piletas termales de agua del lago climatizada.
Cada año, miles de personas llegan a Carhué a relajarse, y especialmente a rehabilitarse de distintas enfermedades (reumáticas, neurológicas, traumatológicas, entre otras) y a quienes buscan tratamientos de spa, belleza y antiestrés.
El municipio está próximo a inaugurar un sendero de 4 kms para ir en bici o caminar desde Carhué hasta Epecuén, bordeando el lago.
Los atardeceres de Carhué son espectaculares, resultan impresionantes junto a las bandadas de flamencos que habitan en estas aguas saladas.
La plaza principal fue diagramada con cuatro manzanas y diagonales por Nicolás Levalle.
El Museo Regional Adolfo Alsina es otro punto a conocer, donde se pueden encontrar cientos de objetos recuperados, de la época precolombina, la Campaña al Desierto de 1876-1879 y la llegada de los primeros pobladores a Carhué.